
Theresa May ha asegurado que el Reino Unido va a adoptar un enfoque intervencionista para equilibrar su economía, que actualmente está fuertemente basada en los servicios. De esta forma intentará que en la era posterior al Brexit se reavive la producción industrial y se estimule la inversión en tecnología, investigación y desarrollo.
Al desvelar su esperada estrategia industrial este lunes (Modern Industrial Estrategy), la primera ministra Theresa May pedirá más colaboración en sectores clave a cambio del apoyo del Gobierno en los ámbitos de regulación, comercio e investigación.
Un cambio de enfoque radical
Con estas declaraciones, Theresa May se desvincula por completo de Margaret Thatcher, con quien había sido comparada por medios y analistas políticos en varias ocasiones. Además, este anuncio supone un cambio importante sobre lo que había sido hasta ahora el Partido Conservador, que en lo económico se había caracterizado por defender con tintes liberales.
Así, este nuevo enfoque en la industria y el cambio a un papel estatal activo desafía la tradicional ideología de los Conservadores de 'laissez-faire', cuyo máximo exponente fue la exprimera ministra Margaret Thatcher.
May pedirá a las empresas que trabajen juntas para atajar los desafíos propios de la industria, mencionando ejemplos exitosos de colaboración que han ayudado a atraer inversiones extranjeras de empresas como Nissan y permitido que otras como BAE Systems desarrollen su competitividad.
A cambio prometerá acuerdos del sector en relación a las barreras regulatorias, estudiar cómo los acuerdos de comercio e inversión pueden usarse para aumentar las exportaciones y apoyar la creación de nuevas instituciones para impulsar la innovación o la formación.
La estrategia será esbozada en un documento que se publicará este lunes y que se espera que abarque asuntos de política económica, regional, digital, de educación y transporte.
La recuperación industrial
Desde que May asumió el cargo, semanas después del referéndum favorable al abandono británico de la UE, ha impulsado el antiguo concepto de la estrategia industrial, creando un nuevo departamento del Gobierno y presidiendo una comisión de alto nivel sobre este asunto.
El impulso se produce después de que la salida británica de la UE amenace reducir la fuerza del sector de servicios financieros, con varios bancos planeando llevarse miles de empleos al extranjero por temor a perder el acceso al mercado de la UE.
May aseguró la semana pasada que Reino Unido se retiraría del mercado único y buscaría un acuerdo de libre comercio con la UE en su lugar, una senda que los críticos han descrito como Brexit duro.
"La idea de que el Gobierno pueda tener una estrategia razonable para la industria británica mientras se retira precipitadamente del mercado único es ridícula", asegura Don Foster, portavoz de negocios del opositor partido Liberal Demócrata, favorable a la UE.
"Es como un entrenador que ata los cordones de su equipo juntos mientras les dice que tienen un plan para ganar el partido", añadió.
Bajo la bandera de crear una economía que distribuya la riqueza de forma más equitativa tras décadas de depresión industrial en algunas zonas del país, el plan busca proteger la economía del riesgo de abandonar la UE y conectar con el sentimiento de marginación que llevó a muchos votantes a respaldar el Brexit.
El Gobierno dijo que había adelantado trabajos para acuerdos en sectores de biología, vehículos de emisiones bajas, nuclear o de industrias creativas.