Economía

Las pensiones y los intereses de la deuda 'se comen' la mitad del gasto del Estado

  • El Gobierno deberá dedicar a estas dos partidas más de 173.000 millones

El creciente coste de la partida dedicada al pago de los 9,4 millones de pensiones y el incremento, por primera vez en tres años, del dinero para pagar los intereses de la deuda pública, por encima del 99%, van a propiciar que solo estos dos capítulos se coman la mitad de todo el gasto del Estado a lo largo de 2017. En concreto, pensiones e intereses costarán al erario público algo más de 173.000 millones sobre un gasto total previsto de 346.000 millones, en torno al 50,1% del total.

Según el documento que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, presentó el jueves en el Senado, el Ejecutivo tiene previsto destinar 31.390 millones al capítulo de intereses de la deuda, aunque fuentes de la oposición dan por hecho que el repunte de la inflación y la actuación de la Reserva Federal de EEUU-tiene previsto subir los tipos en varias ocasiones en 2017- terminarán encareciendo la factura hasta un arco situado entre los 32.000 millones y los 34.000 millones de euros. Esa cantidad dobla, de largo, los poco más de 16.000 millones que se pagaban en los años inmediatamente anteriores a la crisis económica.

Por otro lado, la incorporación prevista de otros 100.000 pensionistas al sistema y la revalorización del 0,25% en sus pagas motivarán que la Seguridad Social, bajo el cobijo de Empleo, tenga que dedicar más de 140.000 millones de euros a este capítulo por primera vez, por encima de los 135.000 millones gastados en 2016. Son 59.000 millones más que hace diez años, un 53% superior a los 91.000 millones que el segundo Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero tuvo que utilizar en 2007 (con un millón menos de beneficiarios).

En conjunto, pensiones e intereses se llevarán más del 50% del gasto por primera vez, si bien en ejercicios como 2014 ya rozaron este porcentaje. Y lo hicieron porque, pese a que el dinero dedicado a pensiones era inferior, a intereses había que dedicar más en un momento en el que el gasto de los capítulos I al VIII (todos aquellos que no tienen que ver con los pasivos financieros) era algo inferior.

La crisis de deuda salpicó de tal manera a España que tuvo que llegar a emplear más de 36.000 millones en un mismo ejercicio solo para cubrir sus necesidades de pasivo -en aquel momento, por el bono a 10 años, se exigían intereses en el entorno del 3% y el 4%, cuando en la actualidad se sitúan por debajo del 1,4%-.

La única partida comparable a estas dos es la que se refiere al abono de las retribuciones de los trabajadores del sector público, aunque en este caso hablamos de un montante transversal, que afecta a todas las áreas y capítulos del Presupuesto.

Pese a que el dinero que debemos dedicar superará este año los 123.000 millones de euros según el documento del Ministerio de Hacienda, lo cierto es que el crecimiento de esta partida se va a contener bastante: el año pasado fue únicamente 500 millones de euros inferior.

Otros gastos, como el de las prestaciones por desempleo, van a quedar muy por debajo. Según cálculos de elEconomista, en 2016 el gabinete que comanda Fátima Báñez habría gastado en torno a 18.500 millones frente a los 19.820 millones que había presupuestado inicialmente. En 2017, y si el empleo se crea al ritmo previsto por el Ejecutivo, del 2,4% interanual, serán necesarios 17.092 millones de euros para pagar a un número de parados que seguirá superando los 3 millones incluso a final de año.

Los ajustes, más difíciles

Con unas obligaciones cada año superiores por el tamaño del sector público y las condiciones del Estado de Bienestar, el Ejecutivo encuentra muy difícil arañar millones para ajustar el gasto. Más aún si, como parece, España incurre en desvíos sobre la meta de déficit del 3,1%, y debe recortar 2.000 millones más para cumplir con Bruselas. "Estamos en hueso", reconocían a elEconomista hace escasas fechas desde el Ministerio más inversor de todo el Ejecutivo, el de Fomento.

Las dificultades para recortar se ponen de manifiesto en las sucesivas subidas de impuestos a las que ha tenido que recurrir La Moncloa para cuadrar las cuentas. Ya en septiembre reintrodujo los tipos en los pagos a cuenta del Impuesto de Sociedades; y en diciembre dio salida a un Decreto Tributario que pretende elevar la presión fiscal en otros 7.500 millones de euros.

También es cierto que hay partidas a las que los diferentes gobiernos suelen no enfrentarse: este año, según el esbozo del Presupuesto que Hacienda quiere presentar, España dedicará algo más de dinero, 12.000 millones de euros, al pago de subvenciones. Es algo más del 1,1% del PIB.

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