
Es habitual escuchar que el euro es uno de los culpables de la alta tasa de inflación que históricamente ha tenido España. El redondeo y la convergencia tenían la culpa de que los precios se encarecieran por encima de lo deseable. Pero los datos dicen que no es cierto: España ha sido un país históricamente inflacionista y lo fue más con las pesetas que con la moneda única. La inflación de la Eurozona sube al 1,1% en diciembre, su nivel más alto desde septiembre de 2013.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios subieron un 87,9% durante los últimos 15 años con pesetas, desde el final de 1986 al final de 2001. Este mismo cálculo teniendo en cuenta los primeros 15 años de euro da como resultado un encarecimiento que no llega a la mitad: del 35,8%. Además, este alza está en línea con el de los salarios, que han subido en torno al 30% durante los primeros quince años de euro.
Si comparamos a España con el resto de países europeos, lo cierto es que sus variaciones de precios son mayores: cuando el IPC sube, se acelera más que en la media de los países y cuando se hunde, también retrocede más que la media.
Un ejemplo fue el vuelco que se produjo entre 2008 y 2009, al inicio de la crisis. Tanto la zona euro como España alcanzaron su pico de inflación en julio de 2008, pero con una diferencia de más de un punto: el IPC anual marcaba en España una subida de precios del 5,3%, mientras que la europea era del 4,1%. Un año más tarde, en España el IPC interanual se situaba en el -1,3%, mientras que la eurozona registraba una caída de precios del 0,6%. Es decir, mientras en España la tasa anual de inflación fluctuó 6,6 puntos en un año, en la eurozona lo hizo dos puntos menos.
Cuatro años lejos del objetivo del BCE
Hasta que llegó la crisis, la eurozona se amoldó más o menos bien al objetivo de inflación del Banco Central Europeo (BCE), que es del 2%. Con algunas excepciones, desde la introducción de la moneda única en 2002, la tasa anual del IPC se mantuvo muy cerca del 2% hasta 2007, cuando escaló de golpe hasta superar el 4%. Desde entonces entró en terreno negativo en 2009 y volvió a subir al 3% en 2011 para volver a iniciar una senda descendente de la que ha empezado a recuperarse en los últimos meses.
Hace justo cuatro años, en enero de 2013, fue la última vez que la eurozona logró alinear su tasa de inflación anual con el objetivo del BCE. Desde entonces, y a pesar de las medidas introducidas por el propio BCE, el IPC lleva más de tres años por debajo del 1%.
El último dato de inflación español, del 1,5% en diciembre, ha superado el de la media de la eurozona, que fue del 1,1%. Ambos datos son un avance, por lo que de confirmarse sería la primera vez que esto sucede desde el mes de agosto del año 2013 ya que en los últimos tres años y medio, a diferencia de lo que ha ocurrido históricamente, España ha tenido menos inflación que la media europea.