
A pocos días de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) presente sus últimas previsiones de crecimiento, su directora gerente, Christine Lagarde considera que la economía global "sigue enfrentando el mismo problema de un bajo crecimiento durante un largo periodo de tiempo, beneficiando sólo a unos cuantos".
En un discurso pronunciado hoy en la Universidad de Northwestern, la máxima responsable de la institución internacional reiteró que la recuperación se mantiene "débil y frágil" especialmente entre las economías avanzadas, donde pese a algunas señales positivas, la perspectiva general sigue siendo tenue. En lo que se refiere a los mercados emergentes, Lagarde consideró que es preciso seguir vigilando el moderado optimismo.
Dadas estas circunstancias, el Fondo espera una recuperación modesta, que se enfrenta a una elevada incertidumbre, especialmente si tenemos en cuenta la divergencia monetaria, la posibilidad de que la volatilidad financiera vuelva a crecer, que el bajo crecimiento acabe por deprimir más la demanda y sobre todo el incremento de la desigualdad social. Esta situación está fomentada por otros riesgos, como el terrorismo, la crisis de los refugiados y el aumento del proteccionismo como arma contra la globalización.
Es por ello que la directora del FMI recomendó en primer lugar "no seguir dañando la situación". "Restringir el comercio y limitar la apertura económica no hará más que empeorar las perspectivas de crecimiento mundiales y debilitará a sus ciudadanos", manifestó la que fuera ministra de Finanzas gala. Sin embargo, Lagarde reconoció que "necesitamos replantearnos fundamentalmente como el crecimiento puede ser más inclusivo y actuar".
Al respecto volvió a reiterar que "un crecimiento mejor es posible" y este "facilitará la inclusión". "Usando políticas monetarias, fiscales y estructurales de forma concertada, tanto a nivel individual como entre los distintos países de forma consistente a lo largo del tiempo, podemos obtener un mayor resultado que empleando sólo la suma de las partes", explicó.
Lagarde dijo que los pesimistas consideran que las medidas tradiciones, como la política monetaria y fiscal, se han agotado pero desde su punto de vista no es así. "Existe espacio suficiente y margen para actuar pero se requiere una mayor presión para sacar provecho de las sinergías entre ellas", señaló.