
Después de muchos meses de sorpresas económicas positivas, con el PIB creciendo más del 3% pese al parón político y la creación de empleo avanzando por encima del 2,5%, llegan las primeras malas noticias. Según los datos que ayer mismo hizo públicos el Ministerio de Economía y Competitividad, la inversión extranjera en España cayó un 29% en el primer semestre respecto al mismo periodo del año anterior. En concreto, de enero a junio nuestro país recibió 6.715 millones de euros, 2.700 millones menos que los 9.415 obtenidos durante el primer semestre del año pasado.
Y ese no es el dato más relevante de las estadísticas conocidas ahora. Si ya durante el primer trimestre del año se apreció una caída leve de la confianza inversora en España, los resultados del segundo trimestre adquieren tintes mucho más preocupantes, con un desplome del 47% de la inversión. Si de abril a junio de 2015 llegaron 6.828 millones, este año se han recibido 3.663 millones, en un periodo marcado por la derrota del socialista Pedro Sánchez en la investidura y la convocatoria de unas segundas elecciones en solo seis meses. Los comicios finalmente se celebraron el 26 de junio.
Es bastante previsible que la caída se haya prolongado durante el tercer trimestre, puesto que aún hoy, a mediados de septiembre, el puzzle político impide adivinar quién ocupará la presidencia del Gobierno a medio plazo. Todos los expertos coinciden en que las convocatorias electorales de resultado incierto dañan profundamente la inversión: quien apuesta grandes cantidades de su dinero en otro lugar prefiere esperar para moverlo, pendiente de posibles cambios legislativos y del marco regulatorio.
El Noreste, mal
Pese a que el bajón de la inversión es muy acusado en toda España, hay comunidades autónomas que reciben un mazazo de carácter histórico. Aragón, que cambió de Gobierno el pasado año y pasó a manos del PSOE con el apoyo de Podemos, ha visto como la inversión extranjera en su región se desplomaba más de un 74% en el primer semestre respecto al mismo periodo de 2015. Aún así, al no ser una tradicional receptora de fondos foráneos, su bajón se acusa menos en la estadística nacional (pasa de 63 millones de enero a junio de 2015 a 16,2 este año).
Tras Aragón, Canarias recibe el segundo varapalo de mayor envergadura. En manos del PSOE, la región ha pasado de recibir 33 millones a poco más de 9. Una caída similar a la experimentada por Castilla y León (-70%), en este caso, en manos del PP. Se demuestra así que la caída de la confianza está afectando especialmente a la marca España y no a regiones gobernadas por un color concreto.
Más allá, las tres regiones que más inversiones pierden pesan poco sobre el global español. Mucho peor es el caso de Cataluña, habitualmente segunda comunidad autónoma receptora de inversión extranjera tras la Comunidad de Madrid. Su caída es algo menos pronunciada que la de Aragón, del 71%, pero cuantitativamente afecta mucho más a las estadísticas globales. Inmersa en un periodo de gran inestabilidad política tras el ascenso al poder del independentista Carles Puigdemont en representación de Junts pel Sí por su dependencia del apoyo parlamentario de los antisistema de las CUP, esta región ha visto como de enero a junio la inversión extranjera se desplomaba hasta los 1.058 millones desde los 2.612 millones que había recibido en el primer semestre del año anterior. Una caída de más de 1.500 millones que ha impactado brutalmente en la estadística española.
Por último, y del lado negativo, destaca también en esta ocasión Madrid, que pierde un 40% en inversiones. Si la comunidad, gobernada por la popular Cristina Cifuentes, había recibido el año pasado nada menos que 5.645 millones de enero a junio, ahora logra 3.425 millones. En cualquier caso, desde la Consejería de Economía reaccionaron anoche con mucha celeridad para poner negro sobre blanco que Madrid "recibe el 51% de toda la inversión extranjera" que obtiene España; y que lo percibido triplica el resultado obtenido por Cataluña.
Alegrías puntuales
En medio de la tormenta hay algunas comunidades autónomas que pueden sacar pecho. Es el caso de Galicia, que además se enfrenta a las urnas el próximo domingo. El barón del PP Alberto Núñez Feijóo podrá acudir a votar con la satisfacción de ver cómo la inversión foránea crece un 72% respecto al primer semestre de 2015 (desde 54,5 millones a 93,8).
Más llamativo aun así es el dato navarro, que el primer tramo del año pasado se tuvo que conformar con 7,6 millones de euros de inversión foránea y ahora sorprende obteniendo 817 millones, el tercer mejor registro de toda España tras el madrileño y el catalán.
Algo parecido sucede con Asturias, que pasa de 6,7 millones, a 288 millones, un crecimiento histórico que ayer mismo fue celebrado con ímpetu por el Gobierno del socialista Javier Fernández.
Por otro lado, y según las estadísticas de Economía, la inversión sin asignar a ninguna comunidad autónoma cedió más de un 93%. En el primer semestre del año pasado se captaron 2.741 millones y en esta ocasión, con anterioridad al 26-J electoral, se recibieron poco más de 179 millones.
El 20-D se notó mucho menos
El 26-J, segundas elecciones que celebró España en apenas seis meses, impactó de lleno en la confianza inversora extranjera. Nuestro país dejó de recibir en este periodo nada menos que 3.150 millones de euros, una cantidad equivalente al 0,3% de nuestro PIB.
Esa cantidad se obtiene de restar los 3.663 millones obtenidos en el segundo trimestre del año a los 6.828 millones recibidos en el mismo periodo de 2015. Todo un aviso a navegantes de cara a la posible celebración de nuevos comicios en el mes de diciembre.
En las elecciones de diciembre del año pasado el efecto no fue tan brutal. Si en el último trimestre de 2014 se habían recibido 8.228 millones, en el último tramo de 2015 la bajada fue de solo 1.000 millones, mucho menos que ahora. Entonces nadie pronosticaba que España se encaminara a un año político en blanco.