
Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull, cree que el decepcionante crecimiento de Europa y su débil mercado laboral son una "enfermedad estructural, sistémica y global". No sólo el Viejo Continente adolece esos achaques, más bien todo Occidente e incluso casi todo el mundo.
Becerra explica en La Carta de la Bolsa que "en todas partes existe un exceso de oferta y una falta de demanda: sobreproducción y subconsumo. Y el endeudamiento es monstruoso; por todo ello es imposible 'volver a lo de antes'".
"Se quiere creer que EEUU lo ha conseguido, pero es porque EEUU hace lo que le conviene con su dólar y se le permite. Y se habla de 'el Mal Japonés' cuando eso es a lo que se tiende (mejor haría Japón en dejar de emitir deuda; claro que el nivel de ahorro de su ciudadanía es alto y siempre podrá responder)", sostiene el economista catalán.
En medio mundo, los bancos centrales siguen ampliando su base monetaria, con tipos históricamente bajos y con unos planes de estímulos no vistos en la historia. Pero este tipo de políticas, catalogadas de "anfetas" por Becerra, sólo sirven para prolongar la situación actual y evitar la toma de las decisiones adecuadas.
Becerra asegura que "se sabe que el cáncer no se cura con eso, y se habla de 'recuperación de la inversión' cuando se conoce que la inversión que se haga está orientada a aumentar la productividad y a flexibilizar la producción, es decir, que no va a crear puestos de trabajo y precarizará los empleos existentes".