
Siete fondos de inversión en activos inmobiliarios, especializados además en el mercado de locales comerciales, han decretado ya el cerrojazo e impiden a sus titulares recuperar lo invertido, con el objetivo de evitar una estampida que termine por derribarlos. La congelación de estos vehículos no sólo ha puesto de manifiesto las primeras dudas sobre la solidez de la economía británica ante el Brexit, sino que además han terminado por llamar la atención del público sobre su sistema de funcionamiento. Las conclusiones de los primeros análisis no pueden ser más preocupantes.
En el caso de M&G Investments y de Standard Life Investments, resulta que que ambas entidades, además de ser gestoras, participan como inversores en otros de los fondos congelados. Así, M&G cuenta con 2 millones de acciones en Aviva, mientras que Standard Life cuenta con 2,4 millones de acciones... en M&G.
La alerta de los analistas, que pronostican una caída del 20% en los precios de las oficinas en Londres hasta tres años después de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, ha quitado buena parte del atractivo para los inversores. Pero aunque éstos querrían retirar su dinero en cualquier momento, a los fondos vender una propiedad (y conseguir así la liquidez que le piden los partícipes) le puede costar meses. Ese decalaje y el miedo a una oleada de reembolsos ha sido la principal razón que ha llevado a la congelación de fondos en cadena.
Pese a que hasta ahora los expertos se han afanado en tranquilizar al público recordando que este negocio es demasiado específico, y está demasiado aislado del resto de la economía, como para que produzca un efecto de contagio. Pero lo cierto es que descubrir que algunos de los fondos congelados cuentan con participaciones cruzadas en los otros no ayuda a tranquilizar a los mercados.
Por el momento, al otro lado del océano Atlántico el Brexit está dejando sentir ya sus efectos en el mercado inmobiliario, en este caso en el segmento de los residenciales de lujo. Conforme revelaba esta semana un responsable de Douglas Elliman en declaraciones a la CNBC, "los compradores de Nueva York se están aprovechando del Brexit y de la incertidumbre que causa para negociar a la baja los precios".