Economía

Las causas que podrían resolver el misterio de la productividad perdida en Europa y EEUU

  • Se está creando mucho empleo de baja cualificación y baja productividad
  • Las empresas ya no buscan aumentar su producción a cualquier precio
  • La productividad no logra medir los incrementos de la calidad en servicios
Foto de Getty

La productividad lleva registrando tasas de crecimiento muy moderadas en la Eurozona y EEUU en los últimos años. Son varios los factores que pueden estar lastrando el crecimiento de este indicador: el cambio demográfico de la población, la fuerte creación de empleo de baja calidad y cualificación, o la propia ecuación que mide la productividad, que puede tener una connotación más cuantitativa que cualitativa.

La productividad intenta medir la relación entre los bienes o servicios producidos y los factores utilizados en el proceso de fabricación (trabajo, capital y recursos naturales con una tecnología dada). Por tanto, la productividad es resultado de la mayor o menor capacidad de la unidad productiva para emplear y gestionar de forma eficiente los recursos disponibles, como explica Miguel Ángel García, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Rey Juan Carlos.

De modo que la productividad al ser un indicador que se centra más en la cantidad de bienes y servicios producidos que en la calidad o sofisticación de los mismos, puede estar pasando por alto algunos avances importantes. Como explican desde la firma de inversión francesa Natixis, "Internet y la economía digital han mejorado la calidad de los servicios, y esta mejora en la calidad de los mismos no se tiene en cuenta en el cálculo del PIB real".

Calidad en lugar de cantidad

Como explicaba Edward Hadas, economista y editor económico en Reuters, en la actualidad no se suele intentar hacer más bienes exactamente iguales a los ya producidos, sino que se busca continuamente una mejora de los bienes y servicios producidos, "los cambios en la calidad se miden con mayor dificultad". El cambio demográfico que se está produciendo en Occidente, la población ya no crece a los ritmos de antaño, permite que las empresas 'olviden' la búsqueda continua de aumentar su producción. 

Hadas explica que las horas empleadas hace años para fabricar uno de los primeros smarthphone y las horas empleadas hoy para crear uno de última generación son casi las mismas, el precio en términos constantes no ha variado apenas, sin embargo la calidad y los servicios que presta hoy el último iPhone son superiores al del primero.

O por ejemplo, a día de hoy en Europa y EEUU la cocina más elaborada comienza a ganar terreno a la comida rápida. McDonald's crea un producto de forma rápida, eficiente y empleando el menor número de recursos posibles, todo lo contrario ocurre con los platos o cocina de mayor nivel. En el sector servicios, que ahora supone dos tercios del PIB en los países desarrollados, los cambios cualitativos son aún más complejos de medir.

Se crea mucho empleo de baja cualificación

Por otro lado, los trabajos que se están creando, desde que terminó la crisis, son "empleos de baja cualificación en sectores poco sofisticados... estos empleos suelen caracterizarse por un nivel de productividad bajo, lo que puede lastrar la productividad laboral en su conjunto", explican desde Natixis.

Durante los primeros años de la última crisis, se destruyeron millones de empleos, una gran parte de esta destrucción fue protagonizada por empleos de baja cualificación. Ahora que la economía vuelve a crecer, estos trabajadores vuelven a reincorporarse al tejido productivo, "lo que puede explicar en parte las escasas ganancias de productividad".

Se están creando grandes cantidades de empleo en la Eurozona y EEUU sin que el crecimiento del PIB sea muy elevado. El número de ocupados crece con fuerza mientras que la producción aumenta lentamente, por lo que los bienes y servicios producidos por hora trabajada muestran un crecimiento casi nulo.

Este proceso también se produjo durante 1992 y 1996 en EEUU, justo en los años posteriores a la crisis que dio comienzo en la primera potencia del mundo en 1991 y que sumergió al país en una pequeña recesión. Y es que suele ser complicado lograr importantes crecimientos de la productividad a la par que se produce un fuerte incremento del empleo.

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