"Ya lo he dicho públicamente y lo reitero en sede parlamentaria: yo, como ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, celebro que se publiquen nombres y lo digo con toda claridad. Yo no puedo hacerlo, estoy sujeto a la Ley General Tributaria, a la confidencialidad -que, por cierto, es común a todos los países del mundo, ningún país difunde los datos tributarios- pero, cuando aparecen o lo declara el que se ha acogido, yo lo celebro para que lo conozca la opinión pública." Esto declaraba el Ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro en el Congreso el pasado día 7 de abril de 2016. Y el sr. Montoro se refería a los papeles de Panamá, lo sé, entre otras cosas porque fui yo el que le pregunté por ellos en su única comparecencia parlamentaria en esta legislatura.
Ayer, la Secretaria General del PP, María Dolores de Cospedal señalaba respecto de una de las implicadas en los papeles de Panamá, Micaela Dómecq, mujer del ex ministro del PP Arias Cañete, que "Creo que no se deberían conocer los datos fiscales de nadie". De este modo, Cospedal zanjaba la pregunta de qué le parecía que la mujer de un ministro que decidió la amnistía fiscal se hubiese acogido a esta medida.
Francamente, hay mucho que se tendría que explicar: Por ejemplo, sobre un conflicto de intereses de un Ministro aprobando un Decreto-Ley que le permite regularizar a su cónyuge presuntamente defraudador. Incluso, sobre cómo se han seguido las normas anti-blanqueo más elementales. La mujer de un ministro es una persona políticamente expuesta, en terminología de blanqueo. ¿Se ha pedido algún tipo de justificación del lícito origen del dinero?
¿Casualidad?
Otra explicación pendiente es la rebaja de la amnistía, ya que aunque la norma exigía el pago del 10% del patrimonio aflorado, finalmente sólo se pagó un 3%, debido a un informe de la Dirección General de Tributos que contradecía flagrantemente el Decreto-Ley de amnistía... Que eso se hiciese cuando hay tantas personas del PP o cercanas que se beneficiaron de la amnistía a lo mejor es casual.
Como también podría serlo que el PP se haya opuesto a la iniciativa de Ciudadanos de recuperar esos 2.800 millones de euros perdonados ilegalmente a los defraudadores. Pero desgraciadamente son demasiadas cuestiones que quedan en el aire. Y a diferencia del Ministro de Hacienda que presumía en el Congreso de que gracias a la amnistía, los defraudadores tributaban, creo que hay poco celebrar y demasiado que explicar.
De todas formas, hoy simplemente dejo dos preguntas elementales: ¿A qué jugamos? ¿Hay que celebrar las filtraciones o no? Dentro de las propias filtraciones de los papeles de Panamá, ¿cuál es el criterio del PP, el del Ministro de Hacienda en funciones que las celebra en sede parlamentaria, o el de la Secretaria General que le parece que no se deberían conocer los datos fiscales... de nadie? Por cierto, supongo que cuando dice nadie, debe incluir también a Rato y Aznar, aunque en esos casos ambos ex dirigentes del PP se han quejado de que nadie del PP ha criticado las filtraciones de sus datos.
La otra pregunta obvia es a quién se aplica la regla 'Montoro-Soraya': los que operan desde paraísos fiscales no pueden estar en los gobiernos. ¿Eso sólo se aplica a José Manuel Soria?
Ayer, Albert Rivera pedía que Rajoy compareciese ante la Diputación Permanente del Congreso y explicase todo esto. Dudo que lo haga, y aún más que el Presidente en funciones consiguiese explicar este cúmulo de vergüenzas y contradicciones. Aún así, debería intentarlo porque los españoles, que ahora tienen que cumplir con Hacienda en la campaña de renta, están entre la confusión y el desánimo. Los ciudadanos como contribuyentes merecen muchas explicaciones en esta cuestión, y si no se las dan, deberían dar respuesta en las urnas el próximo 26 de junio.
