
El neuromarketing ha multiplicado el éxito de las tradicionales técnicas de venta en los supermercados. Con cada vez un mayor número de empresas dedicadas a utilizar la ciencia para estudiar el comportamiento del consumidor, es fácil acorralarle y dejarle con una única opción: comprar más como si la decisión hubiese sido suya.
Las grandes superficies comerciales, como las de los hipermercados, componen escenarios perfectos y milimétricamente diseñados para que las personas compren todo: lo que necesitan, y lo que no.
Lineales, pasillos, colores, cartelería, carros... Cada uno de los elementos de este 'campo de batalla' parece predeterminados para que el consumidor desee sumar artículos en su cesta.
Sin embargo, también hay un modo de contrarrestar este bombardeo de marketing. Les ofrecemos algunos trucos recogidos en El Mundo y sugeridos por la psicóloga María Ángeles Molina:
-Elaborar una lista con los productos que se necesitan. De este modo, el deseo y la improvisación quedan más acotados y se impone lo necesario.
-Burlar el recorrido marcado
En lugar de pasearse por todos los pasillos siguiendo el itinerario diseñado por el establecimiento, es mejor dirigirse directamente a los lineales con los productos incluidos en la lista.
-Coger cesta y evitar los carros
El tener menos espacio, ayudará a no cargar con artículos prescindibles.
-Elegir los productos teniendo en cuenta precio y cantidad. La ratio nos ayudará a elegir lo que más nos conviene.
-Medir los tiempos en el súper
Sin prisas pero sin pausa. No acudir a hacer la compra contando con tiempo ocioso. Eso ayudará a que el proceso sea más lento y a que pase más tiempo dentro del local. Hay que recordar que, cuanto más tiempo esté dentro, más posibilidades habrá de aumentar la compra.
-Último vistazo
Conviene repasar la compra antes de pagar en la caja. Es el momento de desechar algunos productos que cogió por arrebato, revisando si son necesarios o si su coste es demasiado alto.