
Altos responsables de la Unión Europea han confirmado que no habrá periodo de transición ni nada que se le parezca para Reino Unido, si el país decide abandonar el bloque en el referéndum del próximo mes de junio. Dos fuentes de la UE han confirmado a Reuters que no hay disposición en Bruselas para conceder a Reino Unido una prórroga más allá de los dos años que se contemplan en el Tratado de Lisboa para aquellos miembros que quieran abandonar la Unión.
Y puesto que la conclusión del paquete de acuerdos necesario para mantener el libre comercio entre el país y el resto de estados miembros tardará mucho más en negociarse, eso sólo puede suponer una cosa: durante algún tiempo, imposible de predecir, los productos y servicios de Reino Unido dejarán de poder importarse libremente a través del Canal de La Mancha.
Los altos responsables de la Unión consultados expresan en todo caso su confianza en que los británicos contestarán "No" a la pregunta sobre si quieren salir del bloque, al que accedieron en 1973.
Pero por si acaso sus apuestas no se cumpliesen, Bruselas no quiere perder ni un segundo y ya ha comenzado a pintar en las agendas de media Europa una cita el domingo 26 de junio, tres días después del referéndum. Esa reunión serviría para acelerar las negociaciones de un proceso que se califica directamente como divorcio.
"Nos interesa negociar el divorcio lo más rápido posible, no hay ganas de negociar nuevos términos (de libre comercio) en los dos primeros años", afirma una fuente. Otra añade: "cuanto más corto, mejor, nadie quiere irse más allá de los dos años, el show debe continuar".