Economía

Los efectos secundarios de esta crisis pueden ser más "severos" que los de la Gran Depresión

  • A España aún le quedan tres años para alcanzar la renta per cápita de 2007
  • Para que la economía vuelva a crecer con normalidad hay que actuar
Foto de Reuters

Los países desarrollados están endeudados (tanto sector público como privado), sin embargo las quitas y las reestructuraciones de deuda no aparecen en las primeras páginas de las agendas políticas. Esta situación impide que la mayor parte de las economías desarrolladas vuelvan a crecer a ritmos normales, según explica Carmen Reinhart, profesora de Finanzas en Harvard.

Casi con la misma claridad se expresaron Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff en 2009 y posteriormente en 2014 al observar cómo estaban reaccionando los gobiernos de los países desarrollados para solventar la situación. La profesora Reinhart insiste ahora con un artículo publicado en Project Syndicate, al recordar y actualizar el documento que vio la luz en mayo de 2014, en el que vuelve a incidir sobre la dificultad de las economías desarrolladas para alcanzar su PIB potencial si no se aplican medidas contundentes sobre la deuda.

Ese trabajo de 2014 concluye de la siguiente forma: "Ahora estamos entrando en el séptimo año de la crisis, la producción continúa por debajo de los niveles previos en diez de los doce países desarrollados analizados (todos menos EEUU y Alemania). La brecha con el PIB potencial es grande. La tardanza en aceptar que tiempos desesperados requieren medidas desesperadas está incrementando las posibilidades de que esta crisis supere en severidad la depresión de 1930 en un número importante de países". 

Austeridad y esperar

El problema para Reinhart y Rogoff radica en lo siguiente: "Incluso después de una de las crisis más severas que se recuerdan en los países desarrollados, el hacer de los círculos políticos se aferra a la noción de que los países con elevados ingresos son completamente diferentes a los países emergentes. La actual fase de la política oficial predica que la sostenibilidad de la deuda, el crecimiento y la estabilidad financiera se logra con una mezcla de austeridad y paciencia (y alguna reforma)", explican estos economistas. 

Parece que los líderes de los países más ricos "no necesitan ese tipo de políticas que implementan los mercados emergentes, entre las que se incluyen las reestructuraciones de deuda y conversiones, una mayor inflación, controles de capital y otras formas de represión financiera", sentencian los profesores de Harvard. 

Efectos de la última crisis

Reinhart ha actualizado los datos de ese documento publicado en 2014. Por ejemplo, España tardará once años (desde 2007) en recuperar el PIB per cápita alcanzado en el pico del ciclo expansiva, es decir, aún faltan tres años para que los españoles vuelvan a alcanzar el mismo nivel de renta per cápita. Aún así hay países que tardarán más que España, como es el caso de Italia que aún le faltan siete años o Portugal que hasta dentro de cuatro años no gozará de la misma renta por habitante que en 2007. 

Analizando el descenso de renta per cápita que se ha producido desde 2007 hasta que cada país tocó fondo, la renta por habitante de España cayó un 10,3%, la de Italia un 10,9% y la de Grecia un 24,9%. Por el contrario, la renta per cápita de Alemania sólo se redujo un 5,3%, la de Francia un 3,8% y la de EEUU un 4,8%. 

Reinhart concluye en su artículo que "con las economías más grandes, casi ocho años después del estallido de la crisis financiara, agobiados por los elevados niveles de deuda pública y privada, parece desconcertante que la reestructuración no ocupe un lugar destacado en las opciones políticas".

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