Economía

Alemania mejorará su seguridad en aeropuertos tras la disputa con Bruselas

Aeropuerto de Berlín. Efe.

Los ataques terroristas de los últimos meses en París y Bruselas han terminado por provocar que la todopoderosa Alemania se mueva y se adapte a las reglas europeas en el sensible campo de la seguridad aérea. Tras varios años de disputa con la Comisión Europea, que ha terminado con Berlín ante la Corte de Justicia de UE, el país ha dado señales de que va a reforzar la supervisión de la seguridad en sus aeropuertos, según ha podido saber ElEconomista.

En las periódicas inspecciones que realiza Bruselas a los aeropuertos comunitarios, la Comisión lleva tiempo identificando que las autoridades alemanas no cumplen con la frecuencia mínima y el alcance de los controles requeridos para asegurarse que sus aeropuertos son seguros. Dada la "recurrencia de la falta" y la "prolongada ausencia de rectificación", la Comisión decidió lanzar un procedimiento de infracción contra Alemania en 2014, el único país con el que se vio obligado a tomar tal decisión entonces.

Más aún, aunque otros países corrigieron en el pasado sus faltas durante el procedimiento de infracción, Alemania no movió ficha y continuó ignorando las recomendaciones de la Comisión para cumplir con la normativa europea que fija los estándares de seguridad en los aeropuertos (reglamento 300/2008). La Comisión dio una última oportunidad a Berlín en Noviembre de 2014 con el envío de una "opinión razonada", el segundo escalón en el procedimiento de infracción, dando dos meses para que rectificara antes de ser llevada ante la justicia europea.

Berlín continuó sin actuar y el colegio de comisarios decidió finalmente llevar a Alemania ante la corte de Luxemburgo en mayo de 2015. El caso quedó registrado en septiembre del pasado año. Un portavoz del Gobierno alemán se excusó entonces diciendo que las acusaciones estaban relacionadas con medidas de seguridad en los aeropuertos alemanes en 2012. "Ya hemos cambiado los procedimientos y pensamos que el tema estaba solucionado", comentó la portavoz a la agencia Reuters entonces.

El Ministerio de Transportes alemán contactado por elEconomista en la tarde del viernes solicitó más tiempo antes de comentar sobre las infracciones y los cambios.

Problemas con Alemania. Las autoridades europeas llevan tiempo quejándose de que Alemania ignora las recomendaciones que tanto la Comisión como la Agencia Europea de Seguridad Aérea llevan tiempo realizando en materia de transporte aéreo. También ha sido el caso con el procedimiento para conceder las licencias a los pilotos y el control de sus exámenes médicos, los cuales se han negado ha cambiar hasta hace poco a pesar de haber estado en el ojo de la crítica tras el trágico accidente de un vuelo de Germanwings el pasado año.

Pero, como explica una fuente comunitaria, "los ataques que sucedieron en Bruselas el pasado 22 de marzo han traído de vuelta la importancia de una aplicación uniforme al más alto nivel de la seguridad aérea en toda la UE".

La presión no sólo de Bruselas y la justicia europea, sino también de una opinión publica preocupada por la amenaza terrorista ha provocado que Berlín por fin acepte reforzar la supervisión de las medidas de seguridad según marcan las normas europeas.

Según ha podido saber este diario, Alemania está a punto de concluir las rectificaciones necesarias para corregir las deficiencias identificadas por la Comisión, relacionadas con su deficiente frecuencia y alcance. Estas inspecciones comunitarias regulares a las autoridades nacionales y a los aeropuertos de la UE han sido incluso las responsables de la primera víctima política tras los ataques del 22 de marzo en Bruselas.

Presión belga

La ministra de transportes belga, Jacqueline Galant, dimitió el viernes tras mentir al declarar que no tenía conocimiento de un informe enviado por la Comisión en abril de 2015, en el que Bruselas alertaba sobre "serias deficiencias" en el cumplimiento de la normativa 300/2008. El informe, que se filtró al canal belga RTBF, concluyó que no todas las medidas de seguridad se habían supervisado apropiadamente.

El primer ministro belga, Charles Michel, había rechazado previamente las dimisiones de sus ministros de Interior y Justicia por fallos en los meses previos a los ataques y sus torpes respuestas tras los atentados. Sin embargo, la mentira de la ministra de Transportes era un lastre demasiado pesado para continuar con el proceso de catarsis de un país cuestionado por errores y deficiencias.

Los terroristas que atacaron el 22 de marzo mataron a 17 personas en la zona de salidas del aeropuerto de Bruselas, incluidos los terroristas. Otras 14 murieron en la parada de metro de Maelbeek del barrio europeo, incluido el suicida.

Tan sólo tres meses después de enviar esa notificación confidencial a Bélgica, la Comisión publicó en julio su informe con el resumen de las 25 inspecciones realizadas en 2014. Bruselas aun no ha concluido su informe sobre las inspecciones de 2015.

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