
En poco menos de 24 horas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentará en Washington sus Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés). Uno de los recetarios que durante la próxima semana servirán de guía para los ministros de Economía y Finanzas de todo el mundo que se dejarán ver por la sede de la institución, donde se celebran las reuniones de primavera.
Un encuentro que llegará marcado por la rebaja prevista sobre la marcha de la actividad económica, que desde enero se ha visto ensombrecida por el ajuste en China, que creció un 6,9% en 2015, la continua volatilidad de las materias primas, las divergencias en la política monetaria -en EEUU se han elevado tipos por primera vez desde la crisis mientras que en Europa se han bajado aún más- y la incertidumbre política en numerosos países, como sucede con España desde que las urnas del pasado 20 de diciembre arrojaran un escenario de ingobernabilidad.
"Las buenas noticias es que seguimos creciendo, existe una recuperación", señalaba la semana pasada la directora gerente de la institución. "Las malas noticias señalan que este crecimiento es frágil, débil y los riesgos en el horizonte siguen creciendo", reiteró la ex ministra de finanzas gala desde Berlin, donde se reunió con la canciller alemana Angela Merkel. La lista de retos y eventos que podrían trastocar esa leve recuperación es larga.
Como aperitivo a los informes que se publicarán a partir de mañana, los expertos del Fondo ya dejaron entrever algunos de los temas a tratar en los próximos días. Desde el punto de vista financiero, la volatilidad en los flujos de capital en los países emergentes se han convertido en un área al que el Fondo presta una renovada atención.
China sigue preocupando
"China es única con respecto a cómo las noticias sobre su marcha económica impactan a los mercados", reconocía Gaston Gelos, director de una de las divisiones del Departamento Monetario y de Mercados de Capital del Fondo. Es por ello que el efecto contagio y sistémico del gigante asiático sobre las economías avanzadas seguirá aumentando. Los cálculos del FMI estiman que los contagios de los mercados emergentes sobre los desarrollados ha aumentado un 28% desde la crisis financiera.
Otro factor a tener en cuenta son las consecuencias de las políticas ultraacomodaticias y las medidas experimentales llevadas a cabo por los bancos centrales, donde se implantan intereses negativos sobre los depósitos. Un hecho que incrementa el riesgo sistémico de las aseguradoras. "En las economías desarrolladas, la contribución de las aseguradoras de vida al riesgo del sistema ha aumentado durante los últimos años", dijo el FMI recientemente. Aunque el organismo reconoció que el riesgo que representan las aseguradoras es "claramente menor que el de los bancos", urgió a los responsables de las políticas monetarias a que adopten más medidas para garantizar la seguridad y solvencia del sector.
Hablando de bancos centrales, la propia Christine Lagarde, al borde de su segundo mandato al frente del Fondo, estimó la semana pasada que estos "no se están quedando sin munición" pero reiteró que una recuperación económica sólida "no puede depender sólo de políticas monetarias".
En este sentido se requieren medidas estructurales y fiscales, especialmente en la zona euro. Es en el Viejo Continente donde los riesgos hacen cola. Al contexto económico hay que sumar otros factores como la crisis de los refugiados, el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea, la falta de Gobierno en España o las negociaciones sobre Grecia.