Economía

El escándalo del petróleo sacude al Gobierno italiano

  • El país transalpino se prepara para celebrar el próximo domingo un referéndum sobre las plataformas petrolíferas

Primero los bancos cooperativos, ahora los pozos de petróleo. Los escándalos vuelven a sacudir al Gobierno de Matteo Renzi. Esta vez, sin embargo, los problemas para el joven primer ministro abanderado del cambio parecen más serios que las veces anteriores. Los fiscales han destapado una trama en la gestión de los yacimientos de petróleo en la región de Basilicata, en el sur de Italia, provocando las dimisiones la ministra de Industria, la empresaria Federica Guidi.

Guidi decidió dejar el cargo tras la publicación de unas interceptaciones telefónicas en las que aseguraba a su pareja, el también empresario Gianluca Gemelli, que se había introducido "una enmienda en la ley de presupuestos en el Senado", para agilizar un proyecto de extracción en el que él estaba interesado en participar.

Los fiscales no acusan a Guidi, sino a Gemelli, que utilizó las informaciones y su relación personal con la ministra para lucirse delante de la multinacional francesa Total, obteniendo una contrata de 2,5 millones de euros. Sin embargo, el daño de imagen para el Ejecutivo ha sido serio e inesperado.

Italia se prepara a celebrar el próximo domingo un referéndum sobre las plataformas petrolíferas. Los promotores del referéndum buscan cambiar una ley que garantiza a las petroleras la prórroga automática de las concesiones. Renzi y su Gobierno habían apostado por el fracaso de la consulta, que necesita la participación de la mitad más uno de los electores inscritos, pero ahora el resultado aupado por el primer ministro no es tan obvio. De hecho, junto al escándalo que ha llevado a las dimisiones de Guidi, los fiscales han destapado también otra trama en la petrolera de control público Eni, cuyos directivos en Balicata han sido acusados de alterar los datos sobre la contaminación ambiental en otro yacimiento.

Renzi, contra las cuerdas

En estas condiciones, para Renzi es difícil seguir presentándose como abanderado del cambio. En las interceptaciones telefónicas, la ministra Guidi explicaba a su pareja que "Maria Elena está de acuerdo" con la enmienda. Es Maria Elena Boschi, ministra de Reformas y protegida de Renzi. Boschi no está acusada y explicó a los fiscales que apoyó la enmienda contestada para desbloquear una obra importante para el desarrollo económico.

En su auxilio ha salido también Renzi: "Decidí yo hacer esta enmienda, lo reivindico. Si es un delito, lo cometí yo", dijo el primer ministro. No es la primera vez que el mandatario tiene que dar la cara por su protegida. A finales de 2015 Boschi tuvo que enfrentarse a una moción de censura de las oposiciones por su conflicto de intereses en el rescate de uno de los cuatro bancos cooperativos quebrados en otoño. El padre de la ministra era hasta 2014 vicepresidente de Banca Etruria, entidad que fue intervenida en noviembre de 2015 por el Gobierno, tras entrar en barrena por impagos. El problema del banco, según los fiscales y los documentos del banco central italiano, eran las irregularidades en la concesión de préstamos, que se otorgaban más en base a las relaciones personales que a la solidez económica.

En aquella ocasión, Renzi declaró: "No hay conflictos de intereses en este asunto, sino el intento de salvar millones de cuentacorrientistas". "Si queréis poner de patitas en la calle al Gobierno porque hizo el decreto sobre los bancos cooperativos, hacedlo. Estamos orgullosos de la reforma", añadió el primer ministro que, como de costumbre, prefirió defenderse atacando.

Con el escándalo del petróleo, sin embargo, esta actitud parece no funcionar. La semana pasada la reunión de la dirección del Partido Demócrata (PD) liderado por Renzi, se convirtió en una encerrona de la oposición interna al primer ministro. El ala socialdemócrata del PD mal soporta el programa liberal del joven líder y esta vez ha decidido optar por un choque frontal. "No tienes la estatura del líder, pero sí la arrogancia del jefe", dijo a Renzi Gianni Cuperlo, portavoz de los opositores internos que defienden el referéndum en contra de las plataformas petrolíferas.

El problema es que, después de este referéndum, hay otro mucho más importante para Renzi. El primer ministro ha llamado a una consulta sobre la reforma constitucional que quita poderes al Senado, convirtiéndole en una Cámara de las autonomías y agilizando el proceso legislativo. El voto que se celebrará el próximo otoño será - según ha pedido explícitamente el líder transalpino- un plebiscito en favor o en contra del Gobierno, ya que la reforma constitucional (conocida también como Ley Boschi, por el nombre de la ministra de Reformas) es una de las leyes estrella del Ejecutivo.

Renzi piensa obtener de la consulta de junio nueva legitimización. Sin embargo, no lo tiene fácil: los escándalos se acompañan de una recuperación económica más débil de lo esperado, cuando aún está por empezar el pulso con Bruselas sobre las nuevas derogaciones al déficit. Mientras tanto, las oposiciones ganan votos en las encuestas: el Movimiento anti-partidos M5S se prepara a arrasar en las municipales de mayo y podría hacerse con la alcaldía de la capital, Roma.

Las viejas costumbres de Berlusconi

Érase una vez Silvio Berlusconi, el primer ministro conservador italiano que se enfrentaba a menudo con la magistratura. Ahora, sin embargo, tras el estallar del último escándalo, también el progresista Matteo Renzi parece seguir las costumbres de sus antecesor y arremete contra las investigaciones que involucran a su Gobierno. "En Basilicata (la región donde ha estallado el escándalo) hay investigaciones sobre el petróleo cada cuatro años, como las Olimpiadas, pero nunca ha llegado una sentencia", atacó Renzi.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky