Cristóbal Montoro debe de creer en los milagros o al menos eso se deduce de las optimistas previsiones de ingresos que hizo para la Seguridad Social en las cuentas tanto de 2015 como de 2016. La Seguridad Social sufre un problema de financiación "acuciante".
Para este año, su optimismo le hizo plantear un incremento del 6,7% respecto al nivel que se debía alcanzar en el ejercicio 2015, algo que ya desde el principio hizo saltar las alarmas tanto de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal como de muchos analistas.
Si esta cifra ya parecía difícil de alcanzar, ahora, conociendo la recaudación real de la Seguridad Social de 2015, resulta casi imposible ya que necesita incrementar sus ingresos vía cotizaciones sociales nada menos que un 16,67%. En términos absolutos, supone recaudar casi 17.000 millones de euros más que en el ejercicio 2015.
Por regímenes, el general es el más tendría que crecer para alcanzar su objetivo: tendría que elevar su recaudación un 18%, pasando de 75.889 millones de euros a 89.624 millones de euros. Un auténtico milagro teniendo en cuenta que en 2015, el porcentaje de ejecución fue del 91%, es decir, sólo se recaudó un 91% de lo previsto.
Por su parte, el de autónomos necesita ingresar un 12% más de lo que recaudó en el ejercicio 2015 para alcanzar los 12.357 millones de euros que aparecen en las cuentas de 2016. Los dos regímenes minoritarios, mar y carbón, podrían repetir sus datos de 2015 y cumplirían con el objetivo de este ejercicio.
Reducir el déficit al 0,3% del PIB
Otra partida que tendría que crecer con ganas son los ingresos procedentes de las cotizaciones por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, nada menos que un 24% para cumplir las cuentas del año 2016. En total, debe recaudar 1.500 millones más que en 2015 para alcanzar los 7.858 millones presupuestados.
Por su parte, las cotizaciones procedentes de los desempleados apenas tendrían que mejorar la cifra de ingresos de 2015 para alcanzar los 6.770 millones de euros presupuestados para 2016. No obstante, dado el incremento del empleo que se espera, lo lógico es que bajasen los ingresos procedentes de los desempleados que cotizan. En 2015 ésta fue una de las partidas que más se desvió de su objetivo al ingresar poco más del 75% de lo esperado para todo el ejercicio.
Con estas cifras, aunque la mejoría del empleo se note en las cotizaciones sociales y los ingresos del sistema mejoren, parece difícil que la Seguridad Social cumpla con el objetivo de déficit de 2016, que debería bajar del 1,26% del PIB de 2015 al 0,3% de 2016.