
Aunque en el imaginario colectivo habitan sólo dos tipos de funcionarios, el de ventanilla (que con mejor o peor tino va dando trámite a una burocracia a veces complicada de entender) y el de servicio (ejemplo: el bombero que se dedica a proteger a los demás), lo cierto es que la oferta de empleo público es muy variada y no sólo busca a una pequeña legión de policías de base y administrativos. El Estado también necesita cubrir centenares de plazas con titulados universitarios de alto nivel. Consulte aquí el listado completo de los puestos de empleo público en oferta.
El momento para quienes deseen formar parte de las escalas más altas de la Administración General del Estado no puede ser mejor. Pese a que la plantilla total sigue descendiendo en términos netos (se jubilan más personas de las que se contratan), la reciente Oferta Pública de Empleo por parte de la administración central es la mejor desde 2008, con 13.247 plazas para nuevos funcionarios. Y entre ellas están los Administradores Civiles, los Inspectores de Hacienda o los Ingenieros de Caminos del futuro.
Un año de preparación
Pese a la posibilidad de presentarse libremente a los procesos selectivos, los expertos aconsejan elegir con sumo cuidado la oposición a la que se aspira y centrarse sólo en ella, dejándose guiar siempre por preparadores profesionales. Lo primero a tener en cuenta es la formación universitaria que se ha superado. Los graduados de Derecho o Ciencias Políticas con mejor expediente que se planteen hacer una oposición pueden optar por el cuerpo de Administradores Civiles del Estado (a sus miembros se les conoce como "TACs") o, si prefieren un acceso más rápido a la carrera pública, por el de Técnicos de Gestión.
"TAC y Gestión son los cuerpos de directivos y predirectivos de la Administración central", explica José María Casado Fraile, coordinador de Gestión de SKR preparadores, academia madrileña con 15 años de experiencia, que explica que las funciones de quienes entran en ellos "están marcadas claramente por la transversalidad, y un listado casi inagotable de funciones y cometidos". "Los funcionarios de hoy somos gente curiosa, inquieta, dispuestos a liderar los cambios que necesita la administración para vencer sus inercias", añade.
El tiempo medio de preparación siempre depende de la oposición elegida: "para el caso de Gestión un año es suficiente", explica Casado, que advierte de que habrá que dedicarle "al menos el doble de tiempo de preparación cuando hablamos de TAC". Pero no basta con renunciar a una vida más o menos confortable, ni echarle horas y sudor: antes de elegir una oposición hay que tener claro que se trabajará para el ciudadano.
"La vocación de servicio público es el punto central tanto para los preparadores (todos ellos funcionarios en ejercicio) como para los aspirantes. Creer que lo que uno hace sirve a los demás, que se es útil, es esencial", explica el responsable de SKR. La relación con el preparador también es crucial: hay que confiar en él, seguir a pies juntillas sus consejos sobre cuándo estudiar y cuándo descansar... Hasta tal punto que muchas veces preparador y alumno se convierten en buenos amigos. "Muy por encima de lo empresarial, lo importante son las necesidades del opositor. Su éxito es el nuestro", añade Casado.
Ingenieros e Inspectores
A pesar de lo que muchos creen, el mundo de las oposiciones no se acaba en las carreras más de letras. Otros dos cuerpos forman la espina dorsal de la administración cuando de lo que se trata es de mantener y ampliar la flamante red de infraestructuras de España: el de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del Estado (o ICCP), y el de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas (ITOP).
Claro que para eso habrá que superar cuatro exámenes en el primer caso (escrito, idiomas, oral y práctico) o tres en el segundo (escrito, idiomas y práctico). El tiempo de preparación para ambas oposiciones es relativamente corto si se compara con el de algunas oposiciones "de letras", como explica Manuel Carazo, de OposicionesCaminos: "en torno al año de preparación en el caso de ICCP, con dedicación plena, y de 8 meses a media jornada en el caso de ITOP".
Esta academia, que presume de que un tercio de los aprobados de las últimas convocatorias pasaron por sus aulas, apunta que los opositores no deben esperar simplemente un trabajo estable: "Al aprobar las oposiciones (...) se accede a unos de los puestos que más satisfacción aportan en nuestro sector profesional, por colocarnos en un puesto de responsabilidad, con gran proyección profesional y apasionante para nuestra vocación de construcción de grandes infraestructuras de obra civil".
Entre los cuerpos de mayor nivel también gozan de prestigio (y no sólo en el sector público) quienes ganan una oposición para alguno de los cuerpos encargados de mover y engrasar la maquinaria de ingresos del Estado: Inspectores y Técnicos de Hacienda.
Una vez más, la diferencia entre ambos viene dada no sólo por la categoría profesional (A1 y A2, respectivamente) y la consiguiente diferencia retributiva, sino también por los diferentes requisitos necesarios para superar cada uno de los procesos selectivos.La procedencia natural de Inspectores y Técnicos puede estar también en el campo del derecho, pero es quizá la mejor opción para graduados en economía o en administración y dirección de empresas.
Ambos comparten en lo esencial una intensa formación en contabilidad analítica que se imparte en numerosas academias pero en la que el Centro de Estudios Financieros tiene ya una experiencia de varias décadas. Como recuerdan los preparadores especializados, es imprescindible tener en cuenta que además de un sólido conocimiento del sistema tributario español, los Inspectores deberán demostrar además que dominan los aspectos fundamentales del derecho público y privado del complejo ordenamiento jurídico español.
Los expertos consultados recuerdan por fin que, más allá de buena memoria y vocación de servicio público, los candidatos deben tener talento y talante. "Es una carrera de fondo, una peripecia personal en la que palabras como sacrificio, esfuerzo y lucha están siempre presentes y a las que se suman otras más apetecibles... logro, ilusión y, finalmente, aprobado", advierte Casado.