Economía

¿Qué esperar de la hoja de ruta para la economía de China hasta 2020?

Después de que la propia directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, avisara que el ajuste de la segunda mayor economía del mundo podría sufrir algún bache y el propio gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan, haya hecho sonar las alarmas por el aumento de la deuda, los expertos analizan con cautela la hoja de ruta de Pekín para los próximos cinco años.

El pasado 18 de marzo, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reformas publicó el texto completo de su decimotercero plan quinquenal para la economía china. Un total de 148 páginas que recogen objetivos cuantitativos y detalles políticos específicos sobre el rumbo que tomará el país hasta 2020. Particularmente, dicho plan busca que la productividad por empleado crezca un 6,6% al año, lo que incrementaría el sector servicio como porcentaje de la producción total hasta un 56%. El nivel nominal del PIB crecería hasta los 92,7 billones de yuanes.

Los objetivos oficiales proyectan que el crecimiento nominal de la economía de China será de al menos el 6,5% durante los próximos 5 años, un incremento de los objetivos barajados en borradores previos que llegaron a contemplar un crecimiento del 5,8% y la posibilidad de una deflación persistente. Sin embargo, en el documento final se busca un crecimiento anual del 8,7% mientras que el resto de los sectores sería del 4%. Cifras que reflejan un ajaste con respecto al año pasado, cuando el sector servicios se expandió a un 11,7% y el resto a un 1,5%. Así, el sector servicios llegará a abarcar un 70% de crecimiento nominal entre 2016 y 2020.

"El sector servicios continuará superando al resto de la economía aunque también se debilitará a medida que se materializa la transición estructural del país", apunta Brian Jackson, economista para China de la consultora IHS Global Insight. "Otras partes de la economía de China seguirán floreciendo aunque los sectores industriales tradicionales se estancarán o registrarán una contracción de su actividad", añade.

El plan de Pekín para los próximos cinco años busca abrir mercados a los inversores internacionales especialmente en educación, diseño de construcción, contabilidad y auditoría. Además pretende ampliar el acceso extranjero a sectores en los que ya existe cierta presencia internacional como el bancario o el de las aseguradoras. Además quiere potenciarse la inversión extranjera en el sector tecnológico, energético y medioambiental.

Planes que pueden verse frustrados por factores como el apalancamiento de las empresas chinas. El gobernador del Banco Popular de China reconoció durante un discurso en el Foro de Desarrollo de China que "la deuda cuando se compara como porcentaje del PIB, especialmente a nivel empresarial, es demasiado alta". Un hecho que aumenta los riesgos macroeconómicos. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el apalancamiento de las compañías chinas asciende hasta un 160% del PIB.

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