
Las grandes empresas niponas subirán los sueldos base a sus empleados el próximo ejercicio, que arranca el 1 de abril, aunque lo harán a un menor nivel que en 2015 debido a las dudas planteadas por la actual situación de la economía global.
La mayoría de los grandes grupos de automoción o electrónica del archipiélago cerraron hoy las tradicionales negociaciones salariales de cara al próximo curso en Japón con un balance que menoscaba los objetivos del Gobierno del primer ministro Shinzo Abe, que ha estado abogando por subidas contundentes para estimular el consumo.
La apreciación del yen, así como el retroceso de la demanda motivado por la ralentización económica de los emergentes, parecen estar detrás de estas decisiones.
Diferencias según las empresas
Toyota Motor, mayor fabricante mundial de vehículos y empresa de referencia en este terreno, aprobó hoy el menor incremento -1.500 yenes (11 euros/13 dólares) mensuales- de la base salarial de los últimos tres años.
Esa cantidad supone la mitad de lo que había solicitado el principal representante sindical y está muy por debajo de los 4.000 yenes (31 euros/35 dólares) del año pasado.
"La corriente ha cambiado en el entorno empresarial", como argumentó hoy el presidente de la empresa de Aichi (centro de Japón), Akio Toyoda, en un comunicado.
No obstante, la compañía aprobó una bonificación más voluminosa que la de 2015 y que equivale en total a 7,1 veces la nómina mensual (comparado con 6,8 veces el año pasado).
El pago de estos bonus, llamados "shoyo" o "ichijikin" en japonés y que dependen mucho más de los resultados financieros del año precedente, se divide en dos y se hace efectivo en verano e invierno.
Otras empresas del sector como Nissan o Honda han adoptado hoy decisiones muy similares, al igual que Hitachi, Panasonic o la acería Nippon Steel.
Esta tendencia no favorece los planes de la Administración nipona, que tras aprobar una rebaja del impuesto de sociedades ha instado al sector privado a subir sin tapujos los salarios a sus trabajadores, condicionados por un entorno de inflación subyacente, de cara a engranar un ciclo sólido y estable de crecimiento.
Esta semana un texto firmado por expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) instaba al Gobierno Abe a activar la subida de salarios como si se tratase de una cuarta flecha dentro de su programa económico (que consta de tres: política monetaria expansiva, contundente gasto público y reformas estructurales).