
Estos primeros años de la Eurozona han demostrado que una unión monetaria por sí sola no es suficiente para lograr el óptimo funcionamiento de las economías que la componen. Es necesario implementar de forma urgente cuatro reformas "para solidificar la unión monetaria". Política fiscal, supervisión financiera, política monetaria y deuda son las cuestiones claves.
Así lo destacan Barry Eichengreen, profesor de Economía en la Universidad de California, y Charles Wyplosz, profesor de Economía Internacional en la Universidad de Ginebra. Estos expertos sostienen que la Eurozona necesita "cuatro condiciones mínimas para sobrevivir" en el documento How to fix Europe's monetary union.
La primera condición está relacionada con la política monetaria del Banco Central Europeo: "El BCE necesita aumentar su transparencia en los asuntos que se tratan hoy con mayor discreción y ampliar las facultades para llegar a ser un banco central normal, que pueda proteger a la Eurozona de ciertas crisis. La transparencia es un mecanismo que ayuda a sostener la independencia de la entidad", señala el informe.
"Por otro lado, el BCE debería poder comprar deuda pública dentro de las operaciones de mercado abierto convencionales, debe tener la seguridad de que sus decisiones no sean revocadas por el Tribunal Constitucional Alemán. Para esto se necesita un cambio en de la ley en Alemania... Cambiando este aspecto, la ley básica se ajustará a la jurisprudencia de la UE, lo que sería un paso hacia la integración política", explican ambos profesores de Economía.
La segunda condición se trata de completar la unión bancaria. "La crisis ha dejado ver cómo la estabilidad del sistema bancario es una tema que se debe abordar de forma intensa. Basta recordar como las laxas regulaciones permitieron que bancos franceses y alemanes permitieron que se prestase a manos llenas a bancos de la periferia, preparando el terreno para la crisis".
Política fiscal descentralizada
La tercera medida que proponen estos economistas tiene que ver con la política fiscal. Al contrario de lo que muchos políticos y expertos defienden, la unión fiscal no es la solución para Eichengreen y Wyplosz. Cada país tiene sus preferencias fiscales, tanto en la forma de gastar como en la de recaudar esos ingresos públicos. No se puede obligar a los irlandeses a pagar más impuestos cuando ellos han optado por una menor presión fiscal.
Por eso la solución pasa por otorgar más importancia a las políticas fiscales nacionales como medio de estabilización. "Si las políticas fiscales nacionales imprudentes ponen en peligro a los bancos, entonces los bancos deberían tener prohibido comprar bonos soberanos. La ausencia de rescates hará que los inversores presten mayor atención, y la disciplina de mercado será más intensa. Los Gobiernos a su vez tendrán más incentivos para fortalecer sus finanzas y procedimientos fiscales para obtener mejores resultados".
Es decir, estos economistas creen que los rescates de países y bancos deben pasar a la historia. Los inversores deben asumir todo el riesgo al prestar dinero a un país, y si este Estado no puede devolver las deudas los inversores tendrán que asumir las pérdidas. Así, tanto países como inversores serán más prudentes a la hora de tomar decisiones. Además habría que endurecer los controles sobre las políticas fiscales de los países, a la par que intentar coordinar algo más estas políticas sin obligar que los Estados renuncien a su soberanía.
Por último y muy relacionada con la tercera condición, "hay que hacer un uso efectivo de la política fiscal para lograr la estabilidad, lo que supone la eliminación del sobre-endeudamiento que está haciendo el funcionamiento de la política fiscal inviable. La supresión de esta deuda excesiva es nuestra cuarta condición para lograr la supervivencia del euro".
De este modo, "creemos que hemos identificado cuatro condiciones mínimas para solidificar la unión monetaria. La descentralización es la solución para la política fiscal. Para la supervisión financiera y la política monetaria, la centralización es sin duda la respuesta adecuada. En el caso de la cuarta condición, la reestructuración de la deuda es la solución que preferimos, mientras los costes de esta reestructuración se asignan a nivel nacional".