
Desde el estallido de la crisis financiera en 2008, buena parte de los esfuerzos destinados a paliar sus efectos ha estado en la reducción de la deuda de los estadounidenses. Un hecho que durante los últimos años ha jugado un papel importante en la recuperación de la primera economía mundial. Sin embargo, los conocedores de las dinámicas del crédito a este lado del Atlántico son conscientes que los ciudadanos dependen de las tarjetas de crédito para construir su historial crediticio y poder acceder así a préstamos e hipotecas.
Una dinámica peligrosa si miramos las últimas cifras recopiladas por CardHub.com que estima que el año pasado la deuda procedente de las tarjetas de crédito en EEUU se disparó en 71.000 millones de dólares hasta un total de 917.700 millones de dólares. Una cantidad que indica que cada ciudadano americano debe al menos una media de 7.879 dólares, el mayor nivel de endeudamiento desde la crisis financiera.
Según apunta CardHub.com, la medida por individuo se encuentra sólo a 500 dólares de alcanzar el límite de lo que se considera "insostenible". A partir de dicho nivel, el riesgo de impagos masivos aumenta dramáticamente. "Los consumidores están volviendo a sus malos hábitos", explicaba el consejero delegado de CardHub.com, Odysseas Papadimitriou. "Los niveles actuales de deuda procedente de tarjetas de crédito nos deja la duda si 2016 se convertirá en el próximo 2008 para los mercados de crédito", explicó en un comunicado.
Un análisis realizado por el Fiscal Times que si la deuda procedente de las tarjetas de crédito sigue creciendo al ritmo actual, los consumidores estadounidenses tendrán que pagar sus deudas en un tiempo récord para evitar impagos o una reducción en su crédito disponible. Aún así, algunos expertos señalan que el incremento en la deuda de las tarjetas de crédito es una buena señal, ya que indica que más estadounidenses están accediendo al mercado laboral. Además indica un aumento en el consumo y recordemos que este supone dos tercios del PIB estadounidenses.