Economía

Sin la ayuda de 'burbujas' España no alcanzará nunca el pleno empleo

  • Si reformas estructurales España seguirá sufriendo desempleo masivo
  • La austeridad no ha tenido nada que ver con la recuperación económica

En un documento publicado por el Centre for Economic Policy Reserch (CEPR) sobre España se llega a dos conclusiones claras. Una es que la recuperación económica española no resolverá el gran problema del desempleo. La segunda es que la austeridad no ha sido la que ha sacado al país del estancamiento económico. España no será capaz de alcanzar el pleno empleo sin incurrir en grandes desequilibrios, a no ser que se realicen grandes reformas estructurales que sirvan para incrementar el PIB potencial.

En el informe Has Austerity Worked in Spain? realizado por David Rosnick y Mark Weisbrot se señala que "con los datos examinados, la actual recuperación de España no resolverá, probablemente, el problema de masivo desempleo de cara al futuro".

España seguirá sufriendo este shock dentro del mercado laboral que sitúa la tasa de paro de España muy por encima de la media de la Eurozona. Un problema endémico del país y de su estructura que sólo se puede solucionar con reformas estructurales que aumenten el PIB potencial del país. Con el marco actual, la tasa de paro estructural de España es del 16,5% según el FMI e incluso más alta para el Banco de España. Si la tasa de paro baja de ese nivel, la economía del país comenzará a incurrir en fuertes desequilibrios como los padecidos durante el periodo 1999-2007.

"España no alcanzará el pleno empleo a menos que se realicen cambios estructurales en la economía, que a la postre sirvan para incrementar el PIB potencial del país". Los expertos que han analizado la situación de España sostienen que las medidas encaminadas a reducir el coste de despido pueden no tener el efecto esperado. Otras reformas encaminadas a mejorar la formación del capital humano y a crear un marco laboral que favorezca la productividad si pueden ser útiles para que el PIB potencial de España sea superior y se pueda crear más empleo sin incurrir en desequilibrios. 

Un mercado laboral arcaico

Como también señala el economista jefe del Servicio de Estudios del BBVA, Rafael Domenech, "Tenemos un mercado de trabajo que estaba diseñado y todavía hay buenas partes de las regulaciones que toman sus raíces en cómo funcionaba el merado hace décadas, en los años 70", ha apuntado Domenech, quien ha considerado que el mercado de trabajo español está diseñado para antes del proceso de globalización.

Así, ha apuntado a la negociación colectiva como las causas del trabajo ineficiente en el ámbito de la regulación del trabajo, porque los salarios han estado "desconectados de la productividad", y a la rigidez salarial e indexación a la inflación.

También se ha referido a la "extraordinaria dualidad" en las indemnizaciones entre contratos indefinidos y temporales; una fiscalidad "desfavorable" al empleo; un desajuste del capital humano y políticas activas "insuficientes", y políticas pasivas que "siendo generosas en términos del PIB, han sido poco eficientes y poco integradas".

En concreto, un 26% de trabajadores no logra pasar ese "listón" para acceder a la contratación indefinida y se queda con contratos temporales, un 21% se encuentra en desempleo y el resto se corresponde con la economía sumergida, que "llevará años corregirla".

Y es que cuando España ha logrado reducir su tasa de paro a niveles históricos ha sido gracias a la creación de la burbuja inmobiliaria. "La construcción sola ha sumado el 55% de todo el desempleo que se ha creado en España desde 2007. Durante esa época, el 6% de toda la población española llegó a trabajar en ese sector, mientras que el 13% de todos los empleados eran del sector de la construcción", explican los economistas del CEPR. Estos datos superan de forma muy importante a los de la burbuja inmobiliaria en EEUU, donde el empleo en la construcción no llegó a superar el 6% sobre el empleo total.

Las austeridad no ha sido la salvación

"Los datos analizados no apoyan la tesis de que la actual recuperación económica sea el resultado de una vuelta de los mercados, del consumo y de la confianza de los inversores gracias a la consolidación fiscal. La explicación más probable es que la recesión, posiblemente el fin de la consolidación fiscal, combinado con unos factores externos muy favorables sean los causantes de la recuperación".

El crecimiento del PIB en los últimos trimestres ha estado conducido sobre todo por la "aceleración del crecimiento del consumo y la inversión. El consumo de los hogares ha aportado un 1,9% al PIB en los últimos cuatro trimestres, mientras que la inversión fija un 1,2%, la primera contribución positiva desde el estallido de la burbuja inmobiliaria", sentencia el informe. 

La vuelta de la inversión y del consumo de las familias puede tener más que ver con la mejora de ciertos factores externos (desplome del petróleo y los estímulos del BCE) más que con la consolidación fiscal. Incluso si el Gobierno ha tenido algo que ver con esta recuperación, se podría decir que han sido las últimas reducciones de impuestos (política fiscal expansiva) las que han permitido que las familias aumenten su consumo.

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