
La ausencia de un nuevo Gobierno, al menos hasta finales de junio, y las dudas sobre las siglas que van a conformarlo afectarán, principalmente, a la actividad de constructoras, inmobiliarias y banca. Pese a que en ninguno de estos tres sectores veremos un descenso de las cifras de negocio a lo largo de este año, los expertos consideran que tanto su facturación, como las inversiones o el empleo que generen van a crecer menos a causa de la actual coyuntura.
En términos globales, nuestra economía podría perder el tren de dos de los grandes cambios aún pendientes: el necesario aumento de la inversión en I+D+i y la transformación hacia un tejido compuesto por más empresas de tamaño mediano y grande y menos micropymes.
Impacto en la construcción
El sector de las constructoras será uno de los más aquejados por la ausencia de un nuevo inquilino en La Moncloa, en opinión de Miguel Ángel Bernal, profesor del Departamento de Investigación del IEB, quien teme, entre otras cosas, un parón de la obra pública. Un Gobierno en funciones no puede impulsar ni aumentos de gasto, ni créditos extraordinarios y, con toda probabilidad, un cambio de Ejecutivo también podría afectar a grandes proyectos ya en marcha, tanto en España, como en el exterior. Juan Fernando Robles, profesor de Finanzas y Banca explica, además, que en el ámbito de las infraestructuras, muy dependiente del Gobierno central, difícilmente se ejecutarán nuevas inversiones.
Inmobiliarias y compraventas
Tanto Bernal como Robles coinciden en que, junto a las constructoras, otro sector sensible a la coyuntura política es el de las inmobiliarias. Bien sea porque se estén frenando inversiones de compañías extranjeras en este ámbito, o bien porque, al trasladarse la incertidumbre al mercado de trabajo, la pérdida de confianza de los consumidores lastre la compraventa de viviendas.
De acuerdo con los últimos datos publicados por el Colegio de Registradores, las ventas de viviendas ya cayeron un 0,5 por ciento en diciembre (el tercer mes consecutivo a la baja), si bien las transacciones aumentaron en el año pasado en conjunto. Esa evolución a finales de 2015 fue peor de lo previsto, dado que se esperaba una posición estable de las operaciones.
Caída del consumo y banca
La posibilidad de un descenso en la venta de viviendas y el temor de los trabajadores a su futuro laboral tendrán un impacto en el sector financiero, en tanto que, según Robles, ?no crecerían tanto las hipotecas y sería difícil que lo hicieran los créditos al consumo?. Y esto, en un momento en que estos últimos préstamos habían registrado un repunte interanual del 0,094 por ciento en enero, su primer incremento en siete años, tal y como revelan las estadísticas del Banco de España.
En materia de regulación, el profesor Bernal no espera impacto alguno, teniendo en cuenta que nuestras entidades deben ajustarse a los criterios que nos marcan desde Bruselas con Basilea III. Únicamente propuestas como la dación en pago, dependiendo del modo en que se pongan en práctica, podrían generar incertidumbre.
Distribución comercial
Los expertos explican que en el caso de la distribución comercial se da una paradoja, puesto que con el Gobierno en funciones, también se mantendrá hasta finales de año su política fiscal y no se aprobarán eventuales subidas de impuestos que puedan afectar negativamente al consumo.
Con todo, José García Montalvo, catedrático de Economía de la Pompeu i Fabra, recuerda que indicadores como el índice de confianza de los consumidores, ya vienen reflejando el efecto de la falta de Ejecutivo desde principios de año (ver gráfico). Almudena Semur, coordinadora del servicio de Estudios del IEE, considera que habrá que prestar atención a cómo siga comportándose este indicador a lo largo de los próximos meses.
A esto se suma que las empresas pueden estar planteándose recortes de plantilla o retrasando las nuevas contrataciones, a la espera de si un giro de Gobierno trae consigo cambios en el mercado laboral.
Eléctricas y 'utilities'
En el caso de las eléctricas o las utilities, los economistas consultados entienden que, si bien no notarían un impacto importante en su cifra de negocio, sí verían reducirse sus márgenes en caso de que en un futuro se aprobasen propuestas concretas con las que poner fin a la pobreza energética que incorpora el partido de Pablo Iglesias.
El tirón del turismo extranjero
En el caso del turismo, una de las piedras angulares de la mejora económica, el profesor Montalvo incide en que se trata de una actividad que depende en buena medida de la demanda externa. Si bien, medidas como la tasa turística anunciada por el Ayuntamiento de Madrid o la moratoria hotelera aprobada por el de Barcelona, sí pueden tener un impacto en las decisiones de inversión de los grandes grupos.
Serían baches para un sector que, tal y como apunta Juan Fernando Robles, está previsto que crezca este ejercicio a tasas en el entorno del 3 por ciento.
Un frenazo para las reformas
Unos y otros coinciden en que el problema de esta situación de incertidumbre es que se produce en un momento en que la economía española había empezado a mostrar algunos síntomas de mejora. En este sentido, Francisco Aranda, responsable de Asuntos Laborales de la patronal CEIM, recuerda a este diario que España necesita reformas ?a nivel transversal? que le permitan adaptarse a un contexto internacional también complejo, con el cambio de modelo en China, el desplome del petróleo o el giro en la política monetaria de la Reserva Federal Estadounidense.
En lo relativo a esas reformas, Aranda cita dos cambios ineludibles: nuestro tejido productivo lo componen, fundamentalmente, micropymes que son más vulnerables a la crisis, a la caída de las inversiones o a una situación de inestabilidad como la actual. ?La dimensión de nuestras empresas es otro de los grandes saltos pendientes?, remarca y éste depende mucho de las decisiones políticas, de si el Gobierno de turno opta por fomentar la creación de empresas más grandes, de si no hace nada al respecto o de si no la fomenta en absoluto.
Otro de los desafíos por afrontar en la fase de recuperación que habíamos iniciado tiene que ver, a su juicio, con la política de I+D+i. Es un tren que no podemos perder, si tenemos en cuenta que, de acuerdo con Cotec, la Fundación para la Innovación, España dedicó en 2013 -últimos datos disponibles- 13.000 millones de euros a investigación, desarrollo e innovación, lo que sitúa este gasto productivo a niveles de 2003 y supone un retroceso del 2,8 por ciento en relación al año anterior, a 2012.
Dudas para los autónomos
El actual, tampoco es un buen escenario para los autónomos, como recuerda Sebastián Reyna, secretario General de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). En su caso, la falta de un nuevo Ejecutivo tiene implicaciones negativas en varios sentidos.
Por un lado, porque retrasará la toma de decisiones en relación a reclamaciones básicas de los trabajadores por cuenta propia, que sí aparecían recogidas en los programas electorales de los partidos. La principal de todas ellas es, según Reyna, el cambio en el sistema de cotización a la Seguridad Social. A lo largo de este primer trimestre iban a comenzar las conversaciones para reformar los módulos.
Del mismo modo y, como hemos abordado en el caso de las constructoras, existe un buen número de trabajadores por cuenta propia cuya actividad depende directamente de la obra pública, de los concursos o contratos con la Administración y su parón o retraso solo puede repercutirles de forma negativa.
En tercer lugar, los autónomos desconocen si la política de bonificaciones o de ayudas vigentes va a mantenerse tal cual (por ejemplo, la tarifa plana de 50 euros). En principio, el secretario general de UPTA es optimista en este sentido y confía en que así sea.
El segundo semestre, clave
El Banco de España no ha sido el único organismo que ha alertado sobre los efectos del vacío de poder en el PIB de 2016. Este escenario, sumado a la incertidumbre económica a escala global y a la inestabilidad de los mercados financieros, suponen un riesgo evidente para nuestro crecimiento. Así y, tal y como advirtió recientemente el gobernador Luis María Linde, el avance podría ser inferior al 2,8 por ciento previsto, si las dudas se mantienen en el horizonte.
Por este motivo, tanto la entidad, como las autoridades comunitarias han reclamado a nuestro país que debe atenerse a los objetivos de déficit fijados por Bruselas. "Se da por hecho que cualquier nuevo Gobierno respetará los compromisos con la Unión Europea y los plazos sobre disciplina fiscal de la UE", aseguró el gobernador durante su intervención en una comparecencia en Londres.
Precisamente, los compromisos con Bruselas seguirán atando de pies y manos al próximo Ejecutivo en lo que a la política económica se refiere. Esto será así independientemente de las siglas que lo conformen, en opinión de Joaquín Robles, analista de XTB.
Hemos de tener en cuenta que, en la presentación de sus últimas perspectivas, la Comisión Europea recordó a Madrid que todavía tiene pendiente un ajuste fiscal extra de 8.000 millones para el presente año.
A España le queda por delante un camino complicado en materia de reformas y ajustes, un sendero que en algunos momentos "se hará cuesta arriba", tal y como enfatiza Juergen B. Donges, profesor emérito de economía política en la Universidad de Colonia.
En un plano más general, los analistas no prevén un impacto considerable de esta fase de incertidumbre en la economía española antes de finales de año, e incluso de comienzos de 2017. El consumo privado, que es menos permeable en el corto plazo a los cambios, no se vería afectado antes del tercer o cuarto trimestre.
Mientras, si el nuevo Gobierno decide dar marcha atrás en las reformas iniciadas, el mercado no empezaría a reaccionar "claramente" antes del año que viene, simplemente, por una cuestión de plazos -no habrá elecciones hasta junio-.
De momento, la inversión extranjera sí reaccionó en forma de frenazo antes de las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo. Posteriormente y, tal y como evidenció la balanza de pagos publicada por el supervisor, España registró una salida de capitales de 19.000 millones de euros en diciembre de 2015, cuando en el mismo mes del año anterior se produjo una entrada de 12.100 millones.