Economía

¿La esclavitud del siglo XXI? Así viven los trabajadores extranjeros en Japón

  • Salarios por debajo del mínimo y jornadas laborables interminables
Tang Xili dejó China para poder ahorrar y comprar una casa a su hija. Bloomberg

La menguante población japonesa en edad de trabajar supone un serio problema para la economía del país. Para intentar solventar esta situación, el Gobierno creó un programa que otorga permisos de trabajo y residencia a ciudadanos extranjeros de países en desarrollo. A primera vista parece una decisión acertada y que beneficia a japoneses y extranjeros, sin embargo, son muchos los inmigrantes que han comenzado a quejarse por las condiciones precarias, los abusos e incuso por impagos de salarios.

Tal y como publica Bloomberg, este es el caso de Tang Xili, una ciudadana que llegó a Japón en 2013 desde Yizheng City (China) y que ahora vive en un refugio para gente sin recursos. Xili explica que después de trabajar jornadas interminables seis días a la semana, el que era su jefe le ha dejado a deber 31.000 dólares.

Esta ciudadana china estuvo trabajando por un salario que se encontraba por debajo de la remuneración mínima del país. Sin embargo se encontraba acorralada, no podía dejar su empleo porque su permiso de residencia en Japón dependía del contrato que había firmado. 

Xili se encuentra dentro de un programa 'Technical Intern Training Program' que puso en marcha el Gobierno japonés en 1993. Este proyecto trabaja con 72 ocupaciones diferentes en áreas como la agricultura, la pesca, la construcción, procesamiento de comida o industria textil. Según el Ministerio de Justicia, en 2015 unas 31.320 empresas están utilizando este programa de reclutamiento. Este programa otorga permisos de trabajo para formar a personas con baja cualificación y que pertenecen a países en desarrollo. Tras unos años en Japón, estas habilidades adquiridas serán útiles para el día que vuelven a sus países natales.

Este programa ha suscitado críticas entre determinados sectores. Shigeru Ishiba, ministro de Revitalización Regional, señala que "realidad es que muchos de los que vienen para formarse terminan trabajando en condiciones pobres, en lugar de ser tratados como aprendices reales. Antes de hablar acerca de políticas de inmigración, habría que corregir la forma de trato hacia esas personas". 

"Realmente me arrepiento de haber venido a Japón. No recomendaría a ninguno de mis amigos ni conocidos que viniera aquí a sufrir", explica esta mujer de 35 años y que lleva en Japón desde 2013 para buscar una vida mejor. 

Un programa polémico

Tang Xili es uno de los 180.000 trabajadores extranjeros que han logrado permisos de residencia dentro del programa del Gobierno para 'rejuvenecer' la fuerza laboral del país con la edad media más avanzada del mundo. 

Y es que, según Bloomberg este programa se ha convertido en algunos casos en una especie de vacío legal para las empresas, que aprovechan para eludir las normas laborales y obtener una mano de obra barata, según ha destacado algunos funcionarios nipones. 

A pesar de la polémica que ha causado este programa (por su permisividad), el Gobierno de Abe están preparando su ampliación por cinco años más, aunque es cierto que en esta ocasión se creará un organismo supervisor para prevenir la explotación de los empleados que se acojan a este programa.

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