Economía

El poder de los dueños de 'CoCos'

En un año difícil para la bolsa, como 2016, los bancos europeos sufren un castigo especialmente duro, como demuestra la caída acumulada del 23,2% que sufre el sector. Los factores coyunturales que explican el varapalo son conocidos y es frecuente que se hable de la alta vulnerabilidad que las entidades muestran respecto al enfriamiento de los países emergentes, o las dificultades de las mineras y petroleras.

Pero se da otro hecho de mayor hondura que, paradójicamente, se relaciona con un instrumento creado para reforzar a los bancos frente a insuficiencias de capital. Se trata de los bonos contingentes convertibles (CoCos), obligaciones emitidas por las entidades que ofrecen alta rentabilidad, pero se someten a la condición de convertirse en acciones, sin consentimiento del titular o del emisor, en el momento mismo en el que los recursos propios de este último caigan por debajo de un mínimo.

Los dueños de CoCos de la banca europea temen que la conversión esté cerca y, lo que es peor, que las acciones que recibirán les provocarán pérdidas. Por ello, con objeto de obtener una cobertura, toman un atajo adoptando posiciones bajistas respecto a los bancos emisores de CoCos, que provocan su caída en bolsa.

Estamos ante un ejemplo claro de profecía autocumplida (los inversores temen una crisis financiera y la provocan con sus decisiones mismas) cuyos efectos pueden ser muy profundos en la medida en que la cantidad en circulación de este activo asciende a 160.000 millones y la situación de la banca no tiene visos de mejorar, en un contexto de tipos de interés en negativo y escaso negocio. Las estrategias de los dueños de CoCos, por tanto, suponen una seria amenaza latente de mayores turbulencias para los mercados.

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