
China está siendo sin duda la protagonista de las salidas de capitales en los emergentes. Ante los vencimientos de deuda que tienen que afrontar las empresas del país y la pérdida de confianza de los inversores, se han podido marchar de China unos 676.000 millones netos de dólares en 2015. Esta situación podría complicarse si el pánico se apodera de inversores y demás agentes que podrían decidir convertir sus yuanes en otra divisa, dejando a China sumida en una fuerte crisis producto de una escasez de reservas.
El miedo a que la devaluación del yuan continúe junto a la ralentización económica del país está motivando a inversores y demás agentes económicos a sacar su dinero del gigante asiático, antes de que una nueva devaluación erosione el valor de esas inversiones.
China aún cuenta con unos 3,3 billones de dólares en reservas, la mayor cantidad del mundo. Sin embargo, como explica en Bloomberg Victor Shih, profesor de Finanzas en la Universidad de California, "China tiene una gran cantidad de reservas, pero la parte de éstas que son líquidas podría acabarse en pocos meses".
Reservas y liquidez
El Banco Popular de China (BPC) tiene billones de dólares en divisas, pero están divididas en diferentes activos como por ejemplo bonos del Tesoro de EEUU. Pero quizá otros activos en lo que el BPC tenga sus reservas no sean tan líquidos como esos bonos y si China necesita 'tirar' de ellos tendría que afrontar cuantiosas pérdidas para convertir en liquidez esos instrumentos.
Como explican desde Bloomberg, si el 5% de la población de China decidiese sacar del país 50.000 dólares (el máximo permitido para los ciudadanos chinos), se esfumarían de un plumazo todas las reservas que acumula el Banco Popular de China. Sin embargo esta opción es muy remota, salvo que el pánico invada a los agentes económicos con activos dentro del gigante asiático.
"No creo que las salidas de capital en China sean por ahora un problema serio... Obviamente si la situación se prolonga durante dos años o más, entonces sí tendremos un problema", sentencia Derek Scissors, miembro del American Enterprise Institute y especialista en asuntos económicos asiáticos.
Si esto ocurriera o el pánico invadiera a los agentes económicos con activos en China, las autoridades tendrían que tomar decisiones muy complicadas, como endurecer los controles de capital o subir con fuerza los tipos de interés oficiales. Ambas medidas podrían tener efectos contraproducentes para la economía del gigante asiático.
"No esperamos que se apliquen fueres medidas en lo que se refieres a controles de capital, ya que las autoridades de Pekín no quieren poner en peligro la internacionalización del yuan y la liberalización de la balanza por cuenta de capital", explican los expertos del Instituto de Finanzas Internacionales.
Lo lógico sería ver un aterrizaje controlado de la economía China, sus vastas reservas parecen suficientes para soportar el temporal. Sin embargo, China es el país con mayor población del mundo y del que aún se desconocen muchas cosas, la decisión de un pequeño porcentaje de su población puede cambiarlo todo de una semana para otra.