
Como se ha repetido hasta la saciedad, Europa avanza a golpe de crisis. Y es el dinero, más que la voluntad política, el que siempre ha acudido al rescate para superar los momentos de vida o muerte que ha encarado el proyecto europeo en su medio siglo largo de historia. Por eso, ante la falta de voluntad política de los 28 Estados miembros para responder a la crisis de los refugiados, la Comisión Europea prepara ya nuevas medidas, esta vez económicas.
El primer vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, desveló a elEconomista que la institución está considerando lanzar un plan de inversión de la envergadura del Plan Juncker en los países de los que procede el masivo flujo de personas.
En los pasillos del Foro Económico Mundial en Davos, Timmermans apuntó que "es absolutamente claro que la UE tiene una enorme responsabilidad para exportar estabilidad a su región más amplia", lo que incluye el conjunto de Oriente Medio y África. Y esto, añadió, "tiene un precio".
Por lo tanto, admitió que el colegio de comisarios está discutiendo establecer "algo comparable al Plan Juncker", que utiliza fondos públicos como garantía para atraer inversiones del sector privado en sectores clave. "Creo que sería una buena idea" dado que el plan de inversión lanzado en la UE el pasado año ha sido "un concepto exitoso", con más de 50.000 millones movilizados en inversión desde entonces. "Podría ser útil en nuestra frontera próxima", dijo.
Alrededor de 1.5 millones de personas han llegado a Europa en el último año. Una presión que ha disparado agrias disputas entre los Estados miembros, ha provocado el cierre de fronteras y la erosión del espacio Schengen, y ha dado alas a fuerzas populistas.
Ante la perspectiva de que las cifras puedan dispararse en dos meses, el primer ministro de Holanda, Mark Rutte, este semestre al frente de la UE, consideró que los socios cuentan "con seis u ocho semanas" para encontrar soluciones de envergadura.
Para dar con la respuesta apropiada hay que conocer bien el problema. Por eso, Timmermans señaló que un 60 por ciento de los que llegan a Europa son inmigrantes que escapan de sus países por razones económicas, sin caer en el estatus de refugiado. Por lo tanto, opinó que la solución pasa por ofrecerles la perspectiva de un futuro mejor en su propio hogar.
"Necesitamos entender que ésta es una inversión muy importante, y muy sabia, por hacer", comentó. No obstante, el holandés no dio pistas de cuándo tiene previsto la Comisión presentar esta iniciativa.
Apoyo de Berlín
En un panel del Foro de Davos, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, también señaló la necesidad de crear un plan de inversión para la región, probando así que la idea está ganando tracción entre los que tienen las cartas en su mano para que esta idea salga adelante.
Aunque rechazó llamarlo un Plan Marshall, el alemán reconoció que "necesitamos algo parecido". "Necesitamos invertir miles de millones en los países de los que proceden los refugiados", comentó.
Si los fondos tienen que proceder de los Estados miembros, las discusiones entre las capitales se esperan agrias, dada su incapacidad para repartirse la factura de los 3.000 millones del cheque de ayuda acordado con Turquía, a cambio de que controle mejor su frontera.
Mas aún, algunos socios europeos ya han tenido que pedir flexibilidad a la Comisión cuando aplique las reglas fiscales, dado el gasto adicional para lidiar con los refugiados dentro de sus fronteras.
A pesar de todo ello, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, prefirió ver el vaso medio lleno. El italiano señaló que precisamente este gasto adicional considerable de las capitales para los refugiados en Europa ?podría ser un estímulo enorme para el crecimiento?, que aún no ha desplegado sus efectos en totalidad.
Preguntado por la crisis de los refugiados durante su intervención ayer en Davos, Draghi dijo que sería "ingenuo ignorar" que esta llegada masiva de personas a Europa representa un "desafío". Cuestionó cuan dispuestos están los socios europeos a invertir en él, cómo se organizan y, más importante, su voluntad de cooperar.
No obstante, dijo que también podría ser una "oportunidad"." El tamaño del desafío podría minar la confianza. Pero no estamos aún ahí, estamos trabajando para hacer que sea una oportunidad", señaló. Más aún, se mostró "bastante confiado" de que al final se dará con una solución para esta crisis, porque "no hay otra opción que abordarlo con visión, audacia y coraje".
De no ser así, Timmermans avió que Europa podría deshacerse, haciéndose eco de las palabras de la víspera del primer ministro francés, Manuel Valls. ?Ahora entiendo que, por primera vez desde que tengo memoria, el proyecto europeo se podría deshacer si no solucionamos una serie de problemas?. Y es precisamente la crisis de los refugiados la que puede dar la puntilla.