
España y las instituciones europeas han empezado a cavar las trincheras para la batalla que se avecina este año en torno a los ajustes que nos pueden caer. Si Bruselas ya ha dejado claro que Madrid deberá hacer esfuerzos adicionales para rebajar el déficit por debajo del 3% este año (unos 5.000 millones adicionales, según sus números), el Gobierno empieza a enmarcar el debate en torno a la importancia del crecimiento en lugar de la metas fiscales.
En su llegada al primer Eurogrupo tras el 20-D, el ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo que "ya no es una discusión de una décima arriba o abajo", sino que "se trata de mantener la tasa de crecimiento de la economía española". Si hay desaceleración, el cumplimento se complicará. Pero para cumplir y mantener ese crecimiento "hay que mantener la confianza", dijo, y "no todas las alternativas son idénticas desde el punto de vista de la confianza".
Bruselas no cede...
Sin embargo, la Comisión y los socios del euro de momento no parecen dispuestos a hacer la vista gorda con la economía española, e insisten en que el nuevo Ejecutivo tendrá que cumplir con la serie de deberes que le marcaron tras la presentación de los presupuestos el pasado octubre. Básicamente se resumen en incluir más ajustes.
Las instituciones europeas están lanzando por tierra, mar y aire un claro mensaje a España. No importa la robustez de su crecimiento de PIB o la particular situación política que encara en las próximas semanas (o meses). El Gobierno español tendrá que cumplir con la meta del déficit del 2,8% del PIB este año. Sin embargo, los responsables económicos del euro no quisieron apretar ayer demasiado, dada la transitoria situación política. El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, dijo que es "muy pronto" para elucubrar sobre qué limite tiene España para enviar estos cambios, que Bruselas esperaba en otoño.
...pero deja tiempo
"Trataremos con ello cuando haya un Gobierno que pueda tomar decisiones en materia fiscal", añadió Moscovici. Y remarcó que no le corresponde a Bruselas abogar por ninguna "solución política" particular para nuestro país. Por su parte, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, se mostró seguro de que "los políticos españoles harán lo que es sabio".
Mientras, Guindos continuó confiando en que un crecimiento más robusto que el esperado por la Comisión servirá para salvar el agujero fiscal. Bruselas presentará sus previsiones económicas actualizadas el próximo 4 de febrero. De momento, tanto el ministro como Moscovici evitaron comentar cuál podría ser el impacto de la incertidumbre post-electoral en la recuperación, aunque desde el lado europeo advierten que, si la situación se alarga demasiado, el esfuerzo reformador y la recuperación podrían descarrilar.