
La Cumbre del Clima que se clausuró el fin de semana en París deja sin resolver cuestiones de profundo calado como el recorte global de los combustibles fósiles. Sin embargo, los acuerdos alcanzados en la capital francesa representan un punto de inflexión especialmente valioso tras el fracaso de la cumbre de Copenhague.
Así se han pronunciado diversos altos funcionarios y delegados, en coincidencia con la opinión de fondos internacionales, como es el caso de We Mean Business, una coalición empresarial que aboga para la acción sobre el cambio climático.
No todo son elogios y felicitaciones por el acuerdo histórico de 190 países que permitirá reducir el calentamiento global por debajo de los dos grados antes de final de siglo. La Cumbre del Cambio Climático también puso de relieve la dependencia casi por completo de la voluntad interna de cada país para revisar cómo se produce y consume la energía. El meollo del acuerdo se reduce a la buena voluntad y disposición de cada país para hacer frente al cambio climático, pero sin que existan sanciones para los países que incumplan.
En el caso de los países desarrollados, el éxito requerirá no sólo reducir cuanto antes las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también disponer de más 100.000 millones de dólares anuales con los que ayudar a las naciones más pobres en su empeño por financiar sus particulares batallas contra el efecto invernadero. Con semejantes fondos, los países más desarrollados consideran que se dinamizarán las economías relacionadas con las fuentes de energía alternativas, como la solar, eólica y nuclear que no generan emisiones de carbono.
Reducir el calentamiento global
Por todo lo anterior, la resaca de la Cumbre del Cambio Climático dejó a los países representados con la sensación de que el encuentro resultará provechoso para el planeta pese a las limitaciones propias de este tipo de acuerdos de alcance global.
Ahora bien, el liderazgo del aparente éxito del acuerdo se los disputan EEUU y Europa. Así, Barack Obama lo calificó como la mejor oportunidad para salvar el planeta de los efectos del cambio climático global. "Hoy el pueblo estadounidense puede estar orgulloso porque este acuerdo histórico es un homenaje al liderazgo de EEUU. En los últimos siete años, hemos transformado a EEUU en líder mundial en la lucha contra el cambio climático", dijo.
Entre las opiniones más optimistas destacaron la de la Comisión Europea, que el fin de semana destacó la labor "clave" de la UE para lograr el "histórico" Acuerdo de París, así como el compromiso para seguir trabajando para avanzar hacia los objetivos fijados. "La Unión Europea ha desempeñado una labor clave para lograr el histórico acuerdo, vinculante legalmente y global", destacó la Comisión en un comunicado. Además, Bruselas apunta que es "el primer acuerdo multilateral importante del siglo XXI".
"Hoy el mundo está unido en la lucha contra el cambio climático. Hoy el mundo tiene una tabla de salvación, una última oportunidad para entregar a las generaciones futuras un mundo que sea más estable, un planeta más saludable, sociedades más justas y unas economías más prósperas", se felicitó el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.
También el delegado de la UE en París, el comisario de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete, ha señalado que el acuerdo es "una importante victoria para Europa", que "ha liderado los esfuerzos de París para conseguir un acuerdo climático global ambicioso y legalmente vinculante".
Cuestión de sobenaría nacional
Más critico se mostraron las delegaciones chinas y rusas, que consideran que el acuerdo no es perfecto aunque al menos sí aporta un paso relevante para reducir las emisiones de carbono y el denominado efecto invernadero.
"Este acuerdo no es perfecto", dijo Xie Zhenhua, un funcionario chino de alto rango, después de las negociaciones. "Hay partes que son mejorables, pero esto no afecta el hecho de que la historia ha dado un gran paso hacia adelante, por lo que estamos satisfechos".
A lo largo de las negociaciones, los delegados chinos repitieron el mantra de "la diferenciación, la transparencia y la ambición", como los elementos clave de cualquier acuerdo, y también buscaron asegurar que la soberanía del gigante asiático se mantuviera intacta.
Según informa Reuters, muchos de los aproximadamente 30.000 funcionarios, académicos y activistas que pusieron en marcha un campamento en las afueras de París consideran que los acuerdos alcanzados en la capital francesa representan un punto de inflexión, especialmente valioso tras el fracaso de la cumbre de Copenhague.