Economía

La UE descarta que el nuevo Ejecutivo español consiga más margen de déficit

Con serias dificultades para cumplir con el objetivo del déficit en 2016, y la obligación de presentar un nuevo borrador presupuestario nada más aterrizar, el Gobierno que salga de las urnas el 20 de diciembre tendrá la mirada puesta en conseguir una prórroga de Bruselas para equilibrar las cuentas públicas.

Sin embargo, los Estados miembros de la UE acaban prácticamente de enterrar esta posibilidad, al acordar una interpretación restrictiva de la manga ancha que podrían dar las reglas fiscales europeas.

Los ministros de Economía de la UE (Ecofin) discutieron ayer este acuerdo, al que tuvo acceso elEconomista, adoptado por sus técnicos el pasado 27 de noviembre. El llamado Comité Económico y Financiero acordó tras medio año de intensa negociación su posición respecto a la flexibilidad del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, limitando el oxígeno que la Comisión está dispuesta a dar a los países cumplidores (brazo preventivo), e incluso eliminando el resquicio legal al que se podía acoger España, en el brazo corrector, para lograr una prórroga como hizo Francia este año.

La benigna interpretación de la Comisión en enero fue una de las promesas arrancadas por los socialistas europeos a Jean-Claude Juncker a cambio de su apoyo en la presidencia del Ejecutivo comunitario.

Más tiempo

La Comisión contempla así que los países que no cumplan (brazo corrector) podrán conseguir más tiempo aunque los Gobiernos solo anuncien reformas estructurales, sin ser aprobadas por el Parlamento, siempre que se acompañen de información detallada y un "calendario creíble".

España es uno de los pocos países que continúa en el brazo corrector. Si el nuevo Gobierno hubiera decidido solicitar tiempo adicional para reducir el déficit por debajo del obligatorio 3% a finales de 2016, éste era el único salvavidas a su alcance. Para ello, el nuevo Ejecutivo habría tenido que anunciar reformas de calado, por ejemplo en el campo de las pensiones o en materia laboral.

Fuentes españolas se mostraron ayer satisfechas con el acuerdo de los técnicos, al comentar que no se trata de limitar el uso de la flexibilidad, sino de introducir "claridad y transparencia". Y aunque España se quedaría sin beneficiarse de la manga ancha hasta que no alcance su objetivo de déficit, recordaron que el objetivo final de los países es alcanzar la zona preventiva equilibrando las cuentas.

El espíritu de la letra

Por su parte, la Comisión rebajó la importancia de estas diferencias y saludó la interpretación de los países. La posición "es compatible con el espíritu de la letra de la comunicación de la Comisión", dijo el vicepresidente de la Comisión para el euro, Valdis Dombrovskis.

Empujados por Alemania, estricta guardiana de la disciplina fiscal, los países han decidido eliminar este resquicio para los socios incumplidores. Su inclusión ya había provocado serias dudas entre los servicios legales del Consejo, que consideraban que el Ejecutivo comunitario había estirado demasiado la interpretación del Pacto de Estabilidad.

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