
Los inversores extranjeros están decididos a seguir saliendo a marchas forzadas de los mercados de Turquía, incrementando así una huída que está batiendo todos los récords. En lo que va de año, los accionistas y bonistas se han deshecho ya de activos por valor de 7.600 millones de dólares. En el último mes, el flujo neto ha sido de salida, por 1.400 millones.
Y es que la euforia inicial después de que el partido de Recep Tayyip Erdogan renovase su poder en el legislativo ha quedado neutralizada con creces por la crisis desatada por el propio presidente al derribar un cazabombardero ruso en la frontera con Siria y las sanciones anunciadas por el presidente ruso, Vladimir Putin.
No se espera que la situación mejore a corto plazo, y eso favorcerá aún más el desplome de la lira turca, que acumula ya su mayor depreciación anual desde 2008. Junto a la guerra en Siria, la culpa de estas negras perspectivas la tiene por un lado el déficit por cuenta corriente (el mayor en porcentaje sobre el PIB de todo el G-20), y por otro la certeza de que el apabullante poder del nuevo Gobierno le permite responder presionando al banco central para que recorte tipos.
"Los inversores extranjeros no están convencidos de que el Banco Central podrá decidir sobre la política monetaria turca con libertad", afirma Per Hammarlund, estratega jefe de SEB, que prevé que la lira turca caerá entre el 3% y el 3,7% contra el dólar hasta finales de diciembre.
Pese a que la caída en el precio del crudo ha permitido a Turquía obtener superávits en la cuenta corriente en agosto y septiembre, el endeudamiento privado del país no deja de crecer, lo que incrementa su dependencia de la financiación extranjera y amenaza con empeorar la calificación de su deuda soberana, tal como reconocía Fitch Ratings la semana pasada.
Dmitri Barinov, gestor de Union Investment Privatfonds, resume la situación diciendo que "si Erdogan intenta estimular el crecimiento con tipos de interés más bajos, impedirá que el déficit por cuenta corriente mejore, y eso provocará un deterioro del sistema financiero. Necesitamos más claridad".