Economía

Arias Cañete: "Nadie busca el compromiso y el consenso sobre el clima en París"

  • "El acuerdo avanza lento por la posición de los países en vías de desarrollo"
  • "Los líderes estuvieron en la negociación de Copenhage y fue una catástrofe"
Miguel Arias Cañete, comisario de Acción Climática y Energía. Imagen de Fernando Villar

El arranque de la conferencia de París sobre el clima ha defraudado las expectativas de Miguel Arias Cañete. Hasta tal punto que en una entrevista exclusiva con ElEconomista el pasado jueves tras los primeros días de sesiones, el comisario de Acción Climática y Energía no edulcora su crítica al resto de las partes. A pesar del esfuerzo europeo, que ha dejado claros signos de fatiga en su rostro, nadie se mueve de sus posiciones, lamenta.

¿Es todavía tan optimista como al principio respecto a la posibilidad de que se pueda lograr un acuerdo en París?

Escuchando a los 150 jefes de Gobierno y de Estado que lanzaron sus discursos el pasado lunes (30 de noviembre), es evidente que hay una voluntad política de lograr un acuerdo en París. Pero si se contrasta eso con el ritmo que llevan las negociaciones técnicas, los primeros días no han despejado ninguna de las incógnitas que tiene el texto de negociación. Tenemos un texto lleno de opciones abiertas sin que se haya cerrado ninguno de los capítulos fundamentales que un acuerdo ambicioso requiere.

O sea que ya no es tan optimista...

Eso quiere decir que los ministros tendrán que involucrarse en algún momento en este proceso. Lo deseable sería que los trabajos técnicos hubiesen preparado muy bien un texto para que los ministros pudieran cerrar los temas sustanciales que no hubieran podido concluirse a nivel técnico. Lo que pasa es que nadie se mueve de las zonas donde se encuentran cómodos, nadie hace propuestas de búsqueda de consenso y compromiso. Y esto es lo que está haciendo la Unión Europea, intentar acercar posiciones de grupos que están muy enfrentados

¿Cuál teme que puede ser el punto que al final puede dinamitar el consenso?

En este momento lo que hace que el acuerdo avance muy lento es la posición de los países en vías en desarrollo. Quieren mantener la diferenciación que se hizo en 1992 con ocasión del Protocolo de Kioto entre los países en desarrollo y desarrollados. El problema es que el mundo ha cambiado desde entonces sustancialmente, y hoy muchos de esos países no pueden ser considerados como países en vías de desarrollo, al tener una gran capacidad económica. No sirve volver al modelo de Kioto, donde los países desarrollados teníamos obligaciones, y los países en vías de desarrollo recibían financiación climática, porque París va a ser acuerdo hasta el final del siglo, y de aquí a final de siglo la situación de los países va a cambiar sustancialmente. Países que eran desarrollados tendrán muchos problemas, y países considerados en vías de desarrollo son los que crecen hasta el 10%, con una capacidad económica muy sustancial.

¿Qué espera de la resolución en esta cumbre de París?

Que sirva para lograr el objetivo de frenar el calentamiento global, y que la subida de temperatura no supere los 2 grados como máximo. Por lo tanto el acuerdo debe tener tres elementos básicos: un objetivo a largo plazo especificado en el protocolo, limitando la subida a dos grados. Segundo, tener un objetivo a 2050 de reducción de emisiones global del 50% respecto a la de 1990, lo que para los países desarrollados implicará una reducción de entre el 80% y el 95%, porque tenemos más capacidades, más tecnología y más medios financieros. Por último, debemos tener un proceso de revisión cada cinco años, porque las 188 contribuciones nacionales de reducción (de 196 países) limitan el calentamiento global sólo a 3 grados. Las partes tendrán que reunirse cada lustro, analizar la aplicación de sus políticas de cambio climático, y ver qué diferencia existe respecto al objetivo de los 2 grados. Si logramos todos estos elementos habremos logrado un acuerdo importante en París que valdrá para el resto del siglo.

Uno de los grandes obstáculos es que Estados Unidos no puede aceptar un acuerdo vinculante. ¿Cuál será la alternativa?

Estados Unidos admite que el protocolo tenga elementos vinculantes, normalmente deben ser el objetivo a largo plazo, el procedimiento de revisión, las reglas de transparencia y responsabilidad. Donde tienen el problema es que sus compromisos nacionales se constituyan en obligaciones legales, porque exigiría la ratificación por el Congreso y el Senado. Ahora estamos en esa fase complicada de la negociación, de cómo dar garantías a las restantes partes de que se van a poner en marcha las políticas nacionales que se han anunciado. En este momento en la Unión Europea estamos discutiendo con Estados Unidos el lenguaje para ver cómo podemos insertar los compromisos de todas las partes de tal forma que se traduzca en una voluntad para conseguir esos objetivos.

¿Qué porcentaje existe de lograr un acuerdo?

Los acuerdos de cambio climático son de viernes por la noche (el último día) a las 5 de la mañana. Eso es lo tradicional. Porque los temas más difíciles se dejan para el final, van en un paquete, que hay que articular en su conjunto al final. Al ritmo que van las negociaciones técnicas, no espero que antes del viernes de la semana que viene tengamos un acuerdo en París.

¿Cree que será necesario que los líderes vuelvan?

No (con énfasis). Los líderes estuvieron en la mesa de negociación de Copenhague y fue una absoluta catástrofe. Lo que hace falta ahora es que los técnicos asuman su responsabilidad y que a partir del sábado, 5 de diciembre, los ministros asuman la negociación política para conseguir un acuerdo ambicioso, universal y para todo el siglo.

Hablando de Copenhague, ¿teme que Europa vuelva a quedar escorada como entonces a pesar de ser la más ambiciosa?

Lo que me da miedo es que una alianza de Estados Unidos y China nos llevara a un acuerdo de poca ambición. Por lo tanto lo que estamos haciendo es buscar alianzas con todos los países en desarrollo, con las islas del Pacífico, con los países más progresivos en esta materia de Latinoamérica y África para forjar una alianza de países que quieren un acuerdo muy ambicioso. Llegamos a esta cumbre con una posición muy buena, con los compromisos de reducción más ambiciosos, tenemos la legislación medioambiental y energética más progresista. Además, la Unión Europea es el bloque de países más solidario con la financiación (para adaptación y mitigación) del cambio climático. Desde el año 2009 al 2013, el 56% de la ayuda para los países en vías de desarrollo la ha facilitado la Unión Europea. Sólo en el año 2014, la Unión y sus estados miembros han dado 14.700 millones de euros. Llegamos muy bien posicionados desde el punto de vista de mucha ambición, mucha solidaridad y mucha coherencia en las políticas internas, y eso nos da una voz autorizada para intervenir en las negociaciones. Otros a veces hacen muchos anuncios, dicen muchas cosas, pero nosotros lo que estamos mostrando es una política consistente e intentando liderar con los hechos, no con las palabras.

¿Hasta qué punto estima que es posible esta alianza Estados Unidos y China?

Nosotros tenemos un contacto bilateral con ambos prácticamente diario...

¿Hay un riesgo de que esta alianza se materialice?

Todos los riesgos existen en estas grandes negociaciones. Pero nosotros lo que queremos es estar en esa alianza para tirar del carro y lograr un nivel de ambición alto.

Cambiando de tema, Abengoa es una de las grandes empresas energéticas españolas. Además es la primera que firmó un acuerdo para recibir fondos del conocido como 'Plan Juncker'. ¿Hasta qué punto le preocupa lo que está pasando con la firma?

Siempre me preocupa que empresas líderes en innovación tecnológica puedan tener dificultades financieras. Espero que la banca acreedora, la propia compañía y cualquiera que pueda aportar un granito de arena a la reestructuración y relanzamiento de esta compañía lo pueda hacer. Es una empresa muy importante, emblemática, con una presencia universal y parte muy importante de la marca España. Por lo tanto, creo que es un activo que tiene España y que tenemos que cuidar.

¿Fue un error que Rajoy faltara al debate del 30 de noviembre?

Los partidos mandan a las personas que quieren, porque los que se presentan a las elecciones son los partidos.

Pero se supone que si están los líderes de los partidos, también debería haber ido Rajoy...

Lo que he vivido yo en democracia es que, tradicionalmente, cuando había este tipo de debates, quienes asistían eran los partidos con representación parlamentaria. Pero, de nuevo, pienso que se presentan los partidos, no las personas, no estamos en un sistema presidencialista, donde se vota a la persona, como puede ser Francia, sino en un sistema de partidos.

Por lo tanto, en el caso de que el Partido Popular tuviera que renunciar a Rajoy para llegar a la presidencia del Gobierno...

Los partidos han dicho claramente cuál es su candidato, y el del PP es Mariano Rajoy, que además es un gran presidente.

¿Podría haber un cambio si fuera necesario?

Quien ha dado ejemplo de cómo se puede ser un socio fiable de la Unión Europea ha sido Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno tiene una trayectoria de respeto muy fuerte, por lo menos en la UE.

¿Esta campaña de bancos y paella puede servir para olvidar cuatro años tan duros de recortes?

No lo sé. Pero es el tipo de campañas que he hecho toda mi vida, con mucha calle, mucha comida, mucha paella, mucho bailar. Esto de bailar que han descubierto ahora los candidatos, yo ya bailaba en todos los asilos de ancianos cuando era candidato a la Alcaldía de Jerez. Lo que pasa que algunos han descubierto el baile 35 años después. Yo he hecho de todo en mi vida como candidato, y me ha pasado de todo.

¿Así que a Rajoy le recomendaría que bailara más?

Yo lo que recomendaría a todos es que hagan campaña en la calle y que hablen con los ciudadanos. Es una cosa estupenda. A mí el mitin no me gusta nada. Sólo van los tuyos y cuando sales a la calle ves de todo, como en botica. Además, cuando tienes cosas muy buenas que explicar, como cuando se pasa de que la economía caiga al 1% a crecer al 3%, o se está en la senda de creación de empleo, o cuando un país tiene el respeto de la Unión Europea, ese país tiene mucho que vender. Si, además, te gusta tomarte copas, entrar a los bares, tomarte una tapa y charlar con la gente, pues entonces la cosa es estupenda.

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