
Don Tapscott es considerado uno de los mayores expertos mundiales en la nueva economía digital y su interacción con el entramado político. Utilizado por el presidente Barack Obama en su primera campaña, este autor de best-sellers como 'Wikinomics', consultor y profesor universitario, fue el principal orador en un evento el pasado jueves para los centros de análisis internos de las instituciones de la UE.
Si a los 'cerebros' comunitarios avisó de los riegos de la revolución digital, en una entrevista con el elEconomista subraya que precisamente la tecnología puede evitar el final del capitalismo.
En el sector privado observamos la irrupción de la cuarta revolución industrial, con la interacción entre máquinas e Internet. ¿Cuál sería el corolario en el sector público?
Podríamos tener cambios en el gobierno y también en la gobernanza. Los gobiernos podrían llegar a ser más como redes. El modelo del gobierno hoy es: "Soy un gobierno. Recaudo impuestos de ciudadanos y empresas. Produzco servicios y leyes para ciudadanos. Espero que los disfruten y me reelijan". El nuevo modelo es: "Soy un gobierno. Hago todo eso, pero también creo una plataforma sobre la que otras partes de la sociedad se pueden auto-organizar para crear valor público".
Respecto a la colaboración, usted ha comentado que plataformas como Uber no son tan revolucionarias. En su lugar, el verdadero salto adelante es el 'blockchain', la tecnología detrás de 'Bitcoin'. ¿Por qué?
No hay nada de compartir en Uber. Es una empresa de 45.000 millones de dólares que agrega servicios. Es ridículo llamarla una compañía de economía colaborativa. La primera generación de internet nos permitió comunicar sólo información. La segunda generación, basada en la tecnología de 'blockchain', nos permite comunicar valor y dinero entre iguales. Ya no necesitas un banco, un gobierno, una poderosa red social o una compañía de tarjetas de crédito como intermediarios. Esto crea una oportunidad extraordinaria y representa realmente un punto de giro en la historia humana. El sueño de una economía colaborativa entre iguales, en la que cada cual consigue su parte en la riqueza que crea.
Pero esta era digital también tiene su lado oscuro, como la destrucción de empleos, o las preocupaciones sobre privacidad o el control. Usted ha propuesto un nuevo contrato social para atajar estos problemas. ¿Qué debería incluir este nuevo pacto social?
Si tenemos creación de riqueza, pero no tenemos prosperidad, necesitamos redistribuir esa riqueza y encontrar mecanismos para distribuirla en el futuro. Por lo tanto, nuevos modelos distributivos de creación de riqueza, en los que más gente participa en la creación de empresas, y más personas que crean valor, como los músicos, lo mantienen y comparten ese valor, en lugar de ir todo a instituciones diminutas.
¿Cómo redistribuir?
Posiblemente, para las economías que crezcan lo suficiente para apoyar una medida de ese tipo, deberían empezar a pensar en propuestas como un ingreso anual garantizado. Esto no es socialismo, sino el sector privado, los gobiernos y la sociedad civil uniéndose para cuajar un nuevo pacto social para salvar el capitalismo democrático. Porque si no encontramos maneras para hacer que funcione, entonces será reemplazado. Y algunas alternativas no son deseables porque nos devuelven al pasado.
¿Considera que existe un riesgo real de que el capitalismo sea reemplazado?
Creo que es un riesgo muy real. Tenemos una crisis de legitimidad de nuestras instituciones democráticas. El voto juvenil desciende en todas partes, mientras que los jóvenes buscan alternativas para traer cambios a la sociedad. Es importante que tomemos los pasos necesarios para asegurar que el capitalismo democrático pueda funcionar o de lo contrario será reemplazado.
En Europa, tenemos una crisis de refugiados que aumenta sobre las heridas sin curar de una profunda crisis económica, mientras somos testigos de esta revolución digital. ¿Existe el riesgo de que surjan gobiernos más autocráticos?
Desde luego, existe un riesgo enorme. Cuando tienes una disparidad entre las expectativas de la gente y la realidad, es entonces llegan los problemas. Ahora mismo la disparidad es enorme y va en aumento. Las personas esperan prosperidad y tener una buena vida. Si eso no es posible, entonces las cosas empiezan a fallar. Las visiones políticas se polarizan, llega el malestar social y, eventualmente, los grandes problemas, como las insurrecciones, la violencia o incluso la revolución. O gobiernos fuertes y dictadores, o los militares, que llegan al poder prometiendo el orden. Podemos evitar esto, pero requiere que todo el mundo se ponga rápido a trabajar.