Economía

El fantasma de Grecia sobrevuela un Portugal sin gobierno claro

  • El Gobierno conservador saliente apela al miedo a los mercados
  • Pese a ello, es Cavaco Silva quien más podría agravar la inestabilidad
El socialista Antonio Costa, que ha reafirmado su compromiso con la UE, será primer ministro si Cavaco Silva quiere

El efímero gobierno portugués, formado por una alianza de conservadores, ha sido derrotado en el Parlamento por la izquierda y su caída es cuestión de días. Antes de perder el bastón de mando, la actual ministra de finanzas ha querido envíar un mensaje de advertencia a los electores, y para ello ha agitado un espantajo raído: ¡Recordad Grecia!

"Lamentablemente, sólo tienes que mirar a la historia reciente de uno de nuestros socios en el euro, Grecia, para ver el coste que han tenido el supuesto fin de la austeridad y la rebelión contra las reglas de Europa", afirma la ministra.

"¿Qué han conseguido?", se pregunta Maria Luís Casanova Morgado Dias de Albuquerque -pues ese es su nombre completo-. Y se responde a sí misma: "más recesión, más pobreza, más desempleo y más dependencia de las instituciones europeas y del FMI".

La suerte parecía estar hasta hace unas semanas del lado del primer ministro Passos Coelho: pese al buen resultado de los partidos progresistas en las elecciones generales, una alianza entre el Partido Socialista y el resto de fuerzas a su izquierda parecía imposible. Pero no lo era.

Portugal tuvo que aceptar un rescate de la llamada troika (BCE, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional), al igual que Grecia e Irlanda. Tras severísmos ajustes, el país vecino volvió al redil de la ortodoxia fiscal y en 2014 pudo declarar su economía libre de intervención.

Pese a que el Partido Socialista ha dejado claro que cumplirá con las reglas impuestas por la Unión Europea (de hecho, colaboró activamente desde la oposición con las políticas de austeridad en la pasada legislatura), los mercados no dejan de lanzar advertencias a los partidos de izquierdas.

La agencia de calificación de deuda Fitch señalaba este miércoles que "una relajación fiscal que provocase una trayectoria menos favorable (que la actual) del ratio de deuda sobre el PIB podría desencadenar una rebaja de la calificación".

Se refiere así al volumen de deuda viva que el tesoro portugués tiene emitida, y que debería caer hasta el 128,2% al terminar este año, después de haber llegado al 130,2% el pasado año.

Cavaco Silva siembra las dudas

La principal razón para el nerviosismo de los mercados es, paradójicamente, la indefinición del presidente conservador, encargado último de designar al primer ministro. El socialista Antonio Costa le ha solicitado ya ser designado como líder del Gobierno, pero Silva no ha aclarado aún sus planes.

Cavaco Silva podría permitir a Costa formar un gobierno en minoría, pero también podría forzar la situación y permitir al conservador Passos Coelho que siga en funciones hasta la próxima celebración de elecciones.

Puesto que la ley portuguesa impide celebrar nuevos comicios hasta seis meses después de los primeros, los conservadores podrían retener así el poder e intentar ganar una mayoría más amplia en las siguientes elecciones.

Bajo ese escenario, los inversores podrían despreocuparse al menos durante unos meses de que la izquierda revierta algunas de las políticas denominadas como de consolidación, pero tendrían que aceptar a cambio la incertidumbre de no saber hacia dónde se dirige el país.

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