
Belice, Panamá y Bahamas. Jordi Pujol Ferrusola montó su particular triángulo de las Bermudas por donde deglutir el dinero en el corazón del Caribe. Los registros mercantiles panameños y británicos destapan las conexiones del primogénito del clan Pujol con estos tres paraísos fiscales. Según la investigación llevada a cabo por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) de la Policía, Jordi Pujol hijo utilizó sus conexiones con el extranjero para esconder y blanquear el dinero que recibía de comisiones.
Pujol Ferrusola aparece como administrador de la empresa radicada en Londres denominada Brantridge Holdings Limited. Creada el 28 de abril de 2005, contó entre sus socios con el británico Adrian Patrick Towning, un miembro clave que mantenía su residencia particular en la isla bahameña de Nasáu, según las datos del registro mercantil de Reino Unido. Asimismo, su sociedad panameña Kopeland Foundation está gestionada, según el acta de constitución, por Global Services Advisory, una sociedad de Belice.
La investigación que se instruye en el Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional señala que Jordi Pujol y su esposa, Merçè Gironés, utilizaron la compañía británica para blanquear el dinero procedente de las comisiones que percibían a cambio de adjudicaciones de obra pública por parte de constructoras. A su vez, Brantridge Holding remitía de vuelta varias cantidades de dinero a diferentes compañías que el matrimonio administraba en Barcelona.
Dinero de ida y vuelta
La sociedad Iniciatives Marketing i Inversions recibió así de Brantridge Holding 253.000 euros en el año 2009, mientras que otra firma también gestionada por la pareja, Project Marketing Cat, ingresó al menos 750.000 euros entre los años 2005 y 2007 de la mercantil británica. Tan sólo esta última empresa facturó en el ejercicio 2007 un total 2,11 millones de euros.
La Justicia investiga otras cuatro sociedades de Pujol y Gironés: Inter Rosario Port Services, Active Translation, Iberoamericana de Bussines & Marketing y la firma Irigem 2012 -esta última sin indicios de actividad-, todas acusadas del cobro de comisiones. Entre las seis empresas suman un patrimonio por encima de los 19 millones de euros. Por el momento, el matrimonio está imputado por el juez José de la Mata por los presuntos delitos de blanqueo de capitales y contra la Hacienda pública.
Pese a los flujos de dinero que se dirigieron a Brantridge Holding, los administradores de la compañía vaciaban siempre la empresa hasta dejar tan solo una libra. Exclusivamente en el último año en el que la firma ha presentado cuentas, 2014, la sociedad refleja un capital de 1.000 libras (unos 1.400 euros).
Jordi Pujol no es el único miembro de la familia que tiene conexiones con las Islas Bahamas. Su hermano Oleguer administra, supuestamente, según la Udef, una cuenta en el país caribeño con 1,8 millones de euros. La Policía cree que ese dinero podría haber sido desviado tras el presunto blanqueo de más de 2.100 millones de euros en operaciones inmobiliarias que llevó a cabo junto a la firma de inversión Drago Capital.
Las conexiones con Belice
La comisión rogatoria que Andorra ha entregado en la Audiencia también vincula a Jordi Pujol Ferrusola como propietario de Kopeland Foundation, la firma creada en febrero de 2011 en Ciudad de Panamá, pero administrada por Global Services Advisory, ?sociedad anónima constituida bajo las leyes de Belice?, según se reseña en la escritura de constitución.
Jordi Pujol presuntamente montó la firma panameña para blanquear el dinero que tenía en las cuentas bancarias de Andorra, conseguido siempre a través del cobro de comisiones. Concretamente, la Udef cree que el clan Pujol trasladó la mayor parte del patrimonio que tenía en el Principado, 900 millones de euros, hacia Belice, según publicó el diario La Razón. Una parte muy importante de la fortuna administrada por Pujol Ferrusola podría haberse trasladado también a la mercantil panameña, según fuentes consultadas por este periódico, y desde allí haberse llevado a México. El hijo mayor del matrimonio Pujol Ferrusola conoce muy bien Panamá, donde además de promover dos rascacielos valorados en 92 millones de euros, The Quartz Tower y Balboa Blue Spa, ha comprado empresas sin ninguna actividad para ocultar el dinero, una práctica que se conoce como shell company. Jordi Pujol hijo cerró la mercantil administrada desde Belice en agosto de 2014, después de vaciar su patrimonio. La fecha coincidió con la remisión de la Udef al juez de un demoledor informe que informaba sobre el cobro de comisiones por valor de ocho millones de euros, procedentes de más de 17 empresarios.
La Justicia mantiene imputados a los nueve miembros de la familia en las cuatro causas abiertas contra ellos. El clan Pujol ha utilizado una red de testaferros, más de 70 sociedades y conexiones en más de 20 países para ocultar una fortuna que, según fuentes cercanas al caso, supera con creces los 1.000 millones de euros. Una ardua labor, teniendo en cuenta que llevan tres décadas moviendo dinero.