Economía

El PIB crece de forma vigorosa pese a la ralentización en el tercer trimestre

La economía frena su avance al 0,8% trimestral por el menor consumo y el peor sector exterior. El Gobierno asegura que el país crecerá el 3,3% este año y el Banco de España lo rebaja al 3,1%

La economía española mantiene un saludable ritmo de crecimiento, con nueve trimestres de avance ininterrumpido al cierre de septiembre y una tasa interanual de aumento del PIB del 3,4 por ciento, la mayor desde el estallido de la crisis, según publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ahora bien, las mismas cifras avanzadas ayer confirman igualmente que España ralentiza en dos décimas su crecimiento en tasa trimestral, con un 0,8 por ciento a finales de septiembre -frente al 1 por ciento logrado al cierre de junio-, debido al menor brío del consumo y a la negativa aportación del sector exterior.

Aunque el INE no detalla las causas de la desaceleración del PIB, el Banco de España sí las adelantó a primeros de mes: la economía sigue apoyándose en la fortaleza de la demanda interna privada, pero el gasto de los hogares se incrementa de forma menos intensa de lo que lo hizo antes de verano. Según cálculos de la autoridad monetaria, también la creación de empleo moderó su avance en la segunda mitad de 2015. Sus pronósticos son unas tasas trimestrales de crecimiento del 0,9 por ciento en el caso del consumo, y del 0,5 por ciento, para la creación de empleo.

Para el Banco de España, el sector exterior "probablemente" detrajo aún más a la economía de lo que lo hizo en el segundo trimestre. A falta de que el INE detalle los componentes del PIB el próximo día 26, se estima que la demanda interna habría aportado 1,1 puntos al crecimiento, mientras la demanda externa restaría tres décimas.

Modelo más sostenible

La pérdida de vigor de la economía española era un hecho descontado por los analistas, que sin embargo restan dramatismo al dato trimestral y resaltan que el país entra ahora en una dinámica de avance mucho más sostenible.

"El ritmo de crecimiento es notable, por encima del resto de países, donde también se pierde fuelle", recuerda Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB, quien admite que la desaceleración llega al consumo, "la piedra angular que hasta el momento nos ha impulsado", y que el sector exterior parece ralentizarse más rápido que el resto de las partidas. Con todo, el posible impacto de este freno sobre el empleo no debería acarrear destrucción de puestos de trabajo, aunque sí "un menor ritmo de bajada del paro, y repercutirá en que el empleo creado sea de baja calidad y precario", al decir de Bernal.

Parecida valoración efectúa María Jesús Fernández, analista de Funcas, que esperaba la desaceleración, debido al progresivo agotamiento del impacto de los shocks exógenos que impulsaron el crecimiento en la primera mitad del año (caída del precio del crudo, rebaja de impuestos, obra pública ligada a elecciones...). Ahora bien, "no es preocupante. Una vez desaparezca dicho impacto, el ritmo de crecimiento de España se acercará más al que le corresponde por los mecanismos del ciclo y los factores endógenos, que es un ritmo algo inferior al de la primera mitad del año", detalla la analista de las Cajas.

El Ejecutivo, satisfecho

El Gobierno no está preocupado por la desaceleración del Producto Nacional Bruto que señaló ayer el INE, y mantiene su previsión de que España crezca el 3,3 por ciento este año. Esa tasa es más optimista que la que pronostica el Banco de España (3,1 por ciento).

Según declaró ayer el secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, al ritmo actual de crecimiento, a finales de año nuestro país será capaz de crear 600.000 empleos. Muy distinto fue el juicio que realizó el principal partido de la oposición. Para el secretario de Economía del PSOE, Manuel de la Rocha, la ralentización avanzada ayer por la oficina estadística constata que la recuperación impulsada por factores externos "muestra signos del agotamiento".

Una de las variables macroeconómicas que frena en el tercer trimestre de 2015 es la confianza de los consumidores, cuyo indicador interrumpió su trayectoria ascendente en julio-agosto, según el Banco de España, acusando el empeoramiento de las perspectivas acerca del paro y la economía general.

En ese panorama, Javier Santacruz, investigador de la Universidad de Essex, asegura que veremos "tasas de crecimiento más bajas del 3 por ciento en próximos trimestres, dado un enfriamiento de las expectativas de un crecimiento más rápido y la persistencia de políticas monetarias expansivas, especialmente en Europa". Este economista refrenda que entramos en una dinámica de crecimiento más sostenible a medio plazo.

Aunque existe consenso en que la aminoración de la marcha económica no inquieta, hay que seguir con las reformas, subraya Almudena Semur, gerente del Instituto de Estudios Económicos (IEE). "Todavía somos vulnerables y tenemos un alto nivel de endeudamiento. Las reformas son precisas para consolidar definitivamente nuestro crecimiento", insiste Semur.

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