
El exbanquero recibió al menos 3,35 millones de euros procedentes de Panamá y las Bahamas, y otros 6,5 millones de Reino Unido, Luxemburgo y Gibraltar; llevándose a Alemania más de 1,6 millones de euros.
La Audiencia Provincial de Madrid lo confirmó en su último auto: Rodrigo Rato movió dinero en el extranjero. La investigación judicial sobre el entramado societario del exvicepresidente del Gobierno se centra en "una red de movimientos económicos con repercusión, alojamiento o manifestaciones en diversos países". Por el momento, él es el único de los ya once imputados en la trama que tiene conexiones con el extranjero.
La investigación señala tres empresas del exministro de Economía como las principales piezas sobre las que se sustenta el presunto delito de blanqueo de capitales en el exterior, pieza que por el momento se encuentra bajo secreto de sumario. La firma Vivaway Limited, situada en Londres, pero gestionada desde Gibraltar, es una de las principales investigadas por la gestión del dinero internacional. Rodrigo Rato es el dueño de esta sociedad que también es matriz de la segunda mercantil clave en la trama: Kradonara 2001.
La sociedad, en la que Rato aparece como administrador único desde pocos días después de su detención, está domiciliada en el despacho personal que el exministro tiene en el madrileño barrio de Sala- manca.
Ambas firmas, Vivaway y Kradonara, remitieron varias cantidades de dinero a la tercera empresa clave en la investigación: la sociedad radicada en Alemania llamada Bagerpleta GmbH. Rodrigo Rato tiene el 42,72 por ciento de la mercantil germana, que comparte con un socio catalán con experiencia en el sector hotelero, José Manuel Solà, que dispone del 31,2 por ciento del accionariado, y con la familia Alierta, que tiene el 26,05 restante de la compañía.
Dinero de Panamá y Bahamas
La firma gestionada desde Gibraltar, Vivaway, recibió al menos 3,35 millones de euros procedentes de las Bahamas y de Panamá. Según los datos ofrecidos por los informes elaborados por la Oficina Nacional de la Investigación del Fraude (ONIF), la empresa de Rato recibió al menos 2,5 millones de euros de la empresa panameña Westcastle Corporation, también propiedad del exbanquero, tal y como el propio exministro declaró ante la Agencia Tributaria. La sociedad, aunque radicada en el país centroamericano, tenía su sede fiscal en Ginebra.
La mercantil Red Rose, domiciliada en Bahamas, también remitió dinero a Vivaway. La empresa aportó otros 850.446 euros entre los años 2012 y 2013. La ONIF cree que el exdirector gerente del FMI es el beneficiario final de la sociedad.
El magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, señaló en el auto del pasado 30 de septiembre que la firma Arada -propiedad del exbanquero y radicada en Madrid- también financió a la sociedad Vivaway "a través de los ingresos que el exministro defraudó a la Hacieda Pública provenientes del pago de asistencia del señor Rato a diversos congresos y conferencias".
El propio auto judicial determina que esas cantidades finalmente fueron remitidas por Vivaway a la empresa Bagerpleta. La firma alemana es la propietaria del hotel que tiene Rodrigo Rato en Berlín y que mantiene alquilado a la compañía Catalonia.
Vivaway experimentó un aumento de su facturación en el año 2013, tal y como publicó este periódico el pasado 18 de abril. La firma inyectó 5,4 millones de libras (7,5 millones de euros) coincidiendo con la amnistía fiscal a la que se acogió el exbanquero. Además del dinero procedente de las conferencias, Vivaway junto con Kradonara, remitieron a la firma alemana otros 1,05 millones de euros durante los periodos investigados que comprenden entre 2011 y 2014.
Kradonara recibe 7,6 millones
El juez apuntó también en su auto que Kradonara 2001 recibió "grandes cantidades de divisas procedentes de Gibraltar, Reino Unido y Luxemburgo hasta totabilizar 6,5 millones de euros".
La empresa, constituida en 2001 y dedicada a la promoción inmobiliaria, apenas ha tenido actividad propia, según el juez, hasta que comenzaron los ingresos de dinero. Aunque actualmente está ubicada en el despacho personal del exbanquero, la sociedad tuvo su sede inicial en la localidad gaditana de San Roque, a escasos 10 kilómetros de su matriz Vivaway, que está en Gibraltar.
Kradonara también se embolsó las presuntas comisiones que Rodrigo Rato cobró de dos agencias de publicidad a las que le concedió adjudicaciones por valor cercano a 50 millones de euros mientras éste estaba al frente de Bankia. Las compañías Zenith Media y Publicis Comunicación consiguieron dos contratos de publicidad de la entidad bancaria entre 2011 y 2012, uno para relanzar la recién nacida imagen de Bankia y otro para la compra de espacios publicitarios.
Según la investigación, uno de los contratos fue pagado en 2011 por 27,5 millones de euros y el segundo, un año después, por 20,3 millones de euros.
Las agencias, siempre según lo investigado por la ONIF, remitieron entre esos años 2,02 millones de euros a la compañía Albisa Inversiones y Asesoramiento, propiedad de Alberto Portuondo, imputado y único encarcelado en la trama. Portuondo remitió el dinero recibido a modo de comisión, 835.024 euros, a la firma Kradonara en distintos pagos durante esos años. Parte de la cantidad que llegó a Kradonara, concretamente 495.000 euros, acabaron en la firma alemana Bagerpleta también a través de distintas transferencias realizadas entre 2011 y 2012.
Alberto Portuondo, acusado de fraude fiscal, blanqueo de capitales y corrupción entre particulares, es el único procesado que por el momento permanece en prisión. La Audiencia Provincial de Madrid acusa al comisionista de Rato de participar activamente en la adjudicación de los contratos publicitarios en el periodo que el exministro presidía Bankia, aunque él aseguró en su declaración judicial que era un mero asesor de varias personas y sólo cobraba por hablar.
El sueldo de Telefónica
Rato cobró, por otro lado, 363.000 euros de sueldo como consejero asesor de Telefónica entre los años 2013 y 2014. La multinacional que perside César Alierta le pagó el salario a través de la firma Arada, que el exbanquero tiene domiciliada en su vivienda habitual. La sociedad de origen familiar y constituida en 1982 se dedica a la programación y emisión de radio y televisión y a la producción de energía hidroeléctrica.
Kradonara 2001 facturó a Arada el dinero procedente de Telefónica, "consiguiendo así un importante ahorro fiscal por cuanto Rato no tributó estas percepciones en su IRPF y además tanto Kradonara como Arada declararon pérdidas fiscales e ingresaron cero euros en sus declaraciones de Impuesto de Sociedades en 2013", mencionó el auto de rechazo del caso de la Audiencia Nacional haciéndose eco del informe de la ONIF.
La Oficina de Investigación del Fraude reseña que el ahorro fiscal descrito asciende a 100.000 euros, que se remitieron en dos transferencias a Bagerpleta, la primera el 10 de julio de 2014 y la segunda el 26 de agosto del mismo año.
Envió 1,6 millones a Alemania
La empresa alemana Bagerpleta recibió al menos 1,64 millones de euros de las distintas firmas de Rodrigo Rato a los que habría que sumar las cantidades conseguidas por la facturación de las distintas conferencias a las que asistía el exministro. El exbanquero cobraba 50.000 euros por asistencia en su periodo como presidente de Bankia, según desveló eldiario.es.
Rodrigo Rato aseguró en un comunicado que todos sus bienes en el extranjero a los que se refiere la denuncia "tienen origen familiar" y "fueron declarados voluntariamente a la Hacienda Pública española". El exvicepresidente del Gobierno negó que tuviera cualquier otro tipo de bienes en el extranjero no declarados.
Respecto al tráfico de divisas que mencionó el juez Serrano-Arnar en su auto (6,5 millones procedentes de Reino Unido, Luxemburgo y Ginebra), Rato aseguró que "todas las transferencias identificadas por la ONIF responden a transacciones legales" que recogió en sus declaraciones fiscales.
El exministro considera, sin embargo, que la prestación de servicios profesionales y de conferencias a través de sus sociedades "carecen de relevancia penal, al tratarse de un ámbito de constante litigio- sidad fiscal con criterios cambiantes por parte de la propia Agencia Tributaria".
En resumen, el ex ministro de Economia, Rodrigo Rato, se apresuró a manifestar en su escrito que el origen de sus fondos es lícito y no ha concurrido en "indicio alguno" de la comisión de un delito de blanqueo de capitales.
Las firmas de Rato duplicaron su patrimonio en el último año
Las empresas vinculadas a Rodrigo Rato cerraron el pasado ejercicio con un patrimonio neto que se elevó en conjunto a 17,7 millones de euros. Es prácticamente el doble respecto a los 9,3 millones de euros que habían alcanzado un año antes. La sociedad que más patrimonio refleja, con 4,04 millones, es Kradonara 2001, precisamente una de las firmas investigadas por recibir presuntamente dinero del extranjero y también parte de los dos millones de euros que el exministro cobró supuestamente como comisiones de dos agencias de publicidad mientras estaba al frente de Bankia. Rato es administrador único de Kradonara, cuya matriz es Vivaway, una empresa radicada en Londres, aunque gestionada desde Gibraltar. Los activos del entramado societario de Rato también han aumentado un 11,2 por ciento durante el último año. Mientras en 2013 declaraba unos activos de 20,6 millones, en 2014 ascendían hasta los 22,9 millones. Sin embargo, las millonarias cifras que visten las empresas en activos y patrimonio no se reflejan en beneficio. Cinco de nueve de sus firmas han cerrado el último año con pérdidas.