
Dando comienzo el segundo semestre de 2015, y habiendo recorrido ya algo más de la mitad del camino, ningún organismo oficial considera que el objetivo del 4,2 por ciento de déficit comprometido por el Gobierno llegue a cumplirse, y practicamente todos lo sitúan entre el 4,5 y el 5 por ciento.
Así, la Comisión Europea (CE) no ve fácil que España logre dicho objetivo y pronostica que podría alcanzar el 4,5 por ciento, lo que significaría una desviación de 3 décimas de la meta propuesta por el Gobierno, aunque considera que puede llegar a lograrla sólo si la economía española consigue atar un crecimiento del 3 por ciento.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que el déficit público español se situará en el 4,3 por ciento del PIB este año, una décima por encima de los topes pactados entre Gobierno y Bruselas. Es decir, el Ejecutivo no cumpliría, pero por una diferencia mínima, según el Fondo. No obstante, estas cifras suponen una mejora notable respecto a las que manejaba el organismo en el informe de octubre. Concretamente, reduce cuatro décimas el déficit previsto para este año.
Dentro de nuestras fronteras, las previsiones de desvío son muy similares. Así, el propio Banco de España considera que el déficit público podría llegar al 4,5 por ciento del PIB. La desviación se justificaría, según el supervisor, "por una proyección algo menos dinámica de la evolución de los ingresos". También ve difícil alcanzar las perspectivas del Gobierno la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que califica el objetivo global de "muy exigente" y alerta de la posibilidad de una notable desviación de la Seguridad Social y las comunidades autónomas.
Por su parte la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), afirma que el incumplimiento de los objetivos de déficit público será del 5,2 por ciento, siendo las culpables de ello la Seguridad Social y las comunidades autónomas, que arrastran un déficit muy elevado, consideran los expertos de las Cajas. La incredulidad respecto al logro de las metas de la Administración está latente en la mayoría de consultas realizadas a expertos por este periódico, y se impone una sensación de duda de que se puedan lograr, e incluso, en el caso de que así fuera, estiman que posiblemente sería dejando cuentas sin revisar que a efectos contables se cuadrarían al año siguiente
Así, y pese a que los analistas tienen diversidad de criterios, la mayoría aúna el mismo pensamiento: será difícil alcanzar el objetivo de déficit debido a la situación de algunas comunidades autónomas, que ya han informado de que no se ajustarán a los parámetros marcados y, sobre todo, al déficit de la Seguridad Social.
El presidente del Registro de Economistas de Asesores Fiscales (REAF), Jesús Sanmartín, considera que sólo se podría conseguir si se mantiene la capacidad de recaudación que se ha llevado hasta ahora, aunque "con la bajada de impuestos y la reforma fiscal" duda que este nivel recaudatorio continúe. Más tajante se muestra el asesor del programa económico de Ciudadanos y candidato número 2 del partido por Madrid, Francisco de la Torre, que considera que alcanzar el 4,2 por ciento de déficit es "muy poco probable". Algo más optimista se muestra el presidente del Consejo General de Economistas, Valentí Pich, que considera que "de lograrlo sería justitos", considerando que siendo este un año electoral, cumplir el reto del déficit daría al Gobierno puntos electorales, opinión que también concuerda con la de el exdirector general de Internacional de Cofides, Felipe Carballo, el cual se aventura a afirmar que el déficit "se acercará más al 5 por ciento".
El mismo porcentaje considera Juan Fernando Robles, profesor del CEF, que además concuerda con la opinión de todos en que son la Seguridad Social y las autonomías las que impiden ajustarse a las metas. Del mismo modo, Miguel Ángel Bernal, profesor en el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), considera que de cara a las elecciones las cuentas puedan cuadrar, aunque luego aparezcan partidas que no fueron revisadas.