Economía

Renta básica, salario mínimo o complementos públicos: en busca del antídoto contra la desigualdad

  • La expansión de las máquinas presiona a la baja los salarios

La desigualdad económica y la búsqueda de un antídoto que la reduzca es un debate que seguirá ganando fuerza a medida que la tecnología y el capital vayan desplazando a la mano de obra en el sistema productivo. Entre las medidas estrella que proponen economistas y políticos para reducir la desigualdad están subir el salario mínimo, implantar la renta básica o abonar un complemento público a los trabajadores con salarios más reducidos. ¿Qué antídoto sería más eficaz para luchar contra la desigualdad hoy?

En España, uno de los componentes más relevantes de esta desigualdad es la diferencia de ingresos entre ocupados y parados. La elevada tasa de paro ha sido uno de los principales potenciadores de la desigualdad. Por eso quizá ha sido este un elemento fundamental para que la implantación de una renta básica haya gozado del respaldo de una parte importante de la población e incluso de algún partido político. Mientras que la renta básica supondría un ingreso para todos los ciudadanos (incluyendo los 5 millones de parados), el complemento salarial público y el incremento del salario mínimo sólo beneficiaría a los que cuenten con un trabajo.

Sin embargo, el elevado coste de financiación de la renta básica y los posibles efectos adversos que tendría sobre los incentivos a la hora de buscar trabajo parecen haber relegado a esta propuesta a un segundo plano por el momento. Al igual que sucede en países como EEUU, Irlanda o Reino Unido, el debate ha comenzado a definirse y los dos 'antídotos' que han llegado a la final son el complemento salarial y el aumento del salario mínimo. Y es que la ascendente desigualdad salarial entre los ocupados en España es evidente, según los últimos datos de los que se dispone.

¿Salario mínimo o complemento público?

Los defensores del complemento salarial público argumentan que no desincentiva la búsqueda trabajo, puesto que para cobrarlo se necesita estar empleado, y que no obstaculiza las contrataciones para los empresarios porque es una subida de salario financiada por el sector público. En España, Ciudadanos lleva entre sus propuestas económicas este complemento salarial, impulsado por su experto en economía Luis Garicano.

Otro célebre economista que defiende este sistema es el británico Robert Skidelsky, alma mater del Jesus College de Oxford, que explica en Project Syndicate que elevar el salario mínimo puede acelerar el proceso de automatización y la 'robotización' de la economía, lo que supondría un peligro para millones de puestos de trabajo: "Hasta el 50% de los empleos actuales están en riesgo durante los próximos 20 años por el avance de la tecnología".

"A medida que los robots vayan reemplazando la mano de obra, las personas irán necesitando reemplazar su salario. El complemento salarial público apunta en esa dirección de sustituir esos ingresos, pero elevar el salario mínimo apunta en la dirección opuesta, que sería convertir los ingresos de las personas en más dependientes todavía del empleo. De hecho, es casi seguro que esta estrategia aceleraría el proceso de automatización", explica Skidelsky.

Otro economista que aboga por el complemento salarial público en detrimento de elevar el salario mínimo es Warren Buffett. El CEO de Berkshire Hathaway propone en The Wall Street Journal que sería mucho más inteligente expandir e incrementar la cuantía del Earned Income Tax Credit EITC (el complemento salarial para trabajadores en inglés). Y es que "este complemento no desincentiva el trabajo, puesto que cualquier aumento salarial siempre supondrá un mayor ingreso total para el trabajador. El proceso es simple para el ciudadano. Usted presenta la declaración de la renta y el Gobierno le envía un cheque".

"No es un sistema perfecto, porque es cierto que hay mucha gente que no puede o no quiere trabajar. Pero el objetivo del EITC es compensar a todo el que quiere trabajar. Por eso este es el sistema más adecuado para crear una nación próspera y proporcionar a los trabajadores un estándar de vida digno", culmina Warren Buffett.

Skidelski y Buffett coinciden en que elevar el salario mínimo puede suponer la destrucción neta de empleo. Aunque se ha demostrado en otras ocasiones que un aumento del salario mínimo no reduce la demanda de empleo por parte de los empresarios, estas vivencias podrían no ser aplicables a día hoy, puesto que los costes de automatizar el sistema productivo se han reducido considerablemente respecto al pasado.

Posiblemente el complemento salarial público sea un puente hacia la renta básica a medida que los robots vayan sustituyendo la mano de obra humana. Este complemento deberá irse transformando en un ingreso básico e incondicional, según explica Skidelsky: "Una solución sencilla sería dar a todos los ciudadanos una crédito fiscal sin condiciones, que pueda ir creciendo gradualmente a medida que disminuyan los ingresos del trabajo".

Si llega el día en el que la gran mayoría de la mano de obra pasa a ser un componente totalmente prescindible dentro del sistema productivo, la renta básica más que una opción tendrá que ser una realidad obligatoria. Quizá hoy es pronto para implementar una medida de estas características, pero un complemento salarial público podría ser a día de hoy el mejor antídoto para ir limando las desigualdades producto de un nuevo mundo en el que el capital (maquinaria, tecnología, automatización) está desplazando a la mano de obra.

Así funciona el complemento salarial

El EITC o complemento salarial estadounidense es un pago que realiza el gobierno a las familias trabajadoras con menores ingresos. El complemento es igual a un porcentaje fijo del salario desde el primer dólar o euro de ingresos hasta que alcanza un máximo. Ese porcentaje y ese umbral máximo dependen del número de hijos y de otras condiciones familiares. Una vez que se supera el máximo de ingresos considerado como digno, este complemento comienza a decrecer de forma gradual hasta que desaparece.

Por ejemplo, en EEUU una familia con tres o más hijos puede recibir un complemento salarial máximo de 6.143 dólares al año. Para las familias con dos niños el máximo suma 5.460 dólares, mientras que con un hijo la familia recibe 3.305 dólares y es un matrimonio sin hijos la ayuda es de 496 dólares.

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