
Todavía con el sabor de la derrota en la boca, por haber perdido la presidencia del Eurogrupo, España está empujando por intentar llevarse un mínimo premio de consolación. La mano se la juega en la elección de los miembros del comité de inversión del conocido como 'plan Juncker'.
Según explicaron fuentes europeas a elEconomista, nuestro país es el socio europeo que cuenta con más candidatos incluidos en la lista final para formar parte del comité, procedentes tanto del sector público como privado, y con un perfil muy bueno.
Más aún, las mismas fuentes informaron que el Gobierno español apoya a uno de los candidatos para ocupar uno de los cargos de responsabilidad del comité. Al frente del grupo se situará un director gerente y un subdirector.
Este comité jugará un papel crucial en el despliegue de la iniciativa estrella de esta Comisión Europea, que pretende movilizar al menos 315.000 millones de euros en inversiones durante los próximos tres años.
Comienza la selección de personal
Los diez miembros de este comité serán los que seleccionen qué proyectos son adecuados para ser financiados por el nuevo mecanismo, el Fondo Europeo para las Inversiones Estratégicas. Se buscan proyectos con un elevado riesgo que, al mismo tiempo, tengan un potencial impacto económico significativo y alto valor añadido europeo.
La elección del director gerente correrá a cargo del consejo de dirección del fondo, que forman tres representantes de la Comisión Europea y un representante del Banco Europeo de Inversiones. La selección del máximo responsable se espera que suceda antes de que concluya este mes, aunque el elegido deberá superar posteriormente el escrutinio del Parlamento Europeo. Se prevé que todo el proceso concluya en el mes de septiembre.
Según informaron otras fuentes comunitarias, estos diez puestos han despertado "mucho interés". Fueron anunciados en los principales medios de información económica. Las entrevistas tendrán lugar en agosto y la selección, como en el caso de la cúpula, concluirá en septiembre. Los elegidos deberán contar con una sólida experiencia en el campo de las finanzas y la inversión, y trabajarán con escrupulosa independencia respecto a los poderes políticos.
Incluso si España consiguiera la silla de la dirección del comité, sus aspiraciones de compensar su infrarrepresentación en la cúpula de la UE continuarían insatisfechas. Para empezar a corregir significativamente este desequilibro, Madrid tiene los ojos puestos en la dirección del Mecanismo de Estabilidad Europeo, que queda libre en 2017, y en la vicepresidencia del BCE, vacante a partir de 2018.
La elección de los miembros de este comité cerrará los trámites para poner en marcha el nuevo fondo de inversiones europeo, que funcionará como un sistema de garantías para atraer fondos privados al cubrir las potenciales pérdidas con las arcas comunitarias. La Comisión pulió esta semana los últimos flecos, al firmar un acuerdo con el BEI para detallar el método de trabajo.