
Estos días se cumple un año desde que la crisis entre la Unión Europea y Rusia se recrudeciera como consecuencia del conflicto en territorio ucraniano. Un año en el que la economía española ha notado los efectos de esta crisis, sobre todo en dos de los aspectos en los que hasta ahora Rusia era muy importante: el comercio exterior y el turismo.
Sobre lo primero, los últimos datos del Ministerio de Economía no dejan lugar a dudas: las ventas de productos españoles a Rusia han bajado un 42,6% interanual en el periodo enero-mayo. En los cinco primeros meses del año, las ventas apenas han totalizado 650 millones de euros, debido a la prohibición de importar algunos productos a Rusia. Este dato contrasta con la subida del 4,3% de las exportaciones españolas en los cinco primeros meses del año.

No sólo las exportaciones se han rebajado, sino que todo el comercio exterior se ha resentido por el conflicto. Las importaciones de productos rusos a España se han reducido un 59%, hasta situarse en poco más de 1.315 millones de euros en los cinco primeros meses del año.
Se despeña el turismo ruso
Otro de los aspectos en el que se nota cómo ha afectado la crisis entre España y Rusia es el turismo. Los rusos son el undécimo mercado emisor de turistas más importante para España, aunque en el primer semestre del año sus visitas han caído un 26,7%, frente a una subida global del 5,1% en la llegada de extranjeros a España. En total, en el primer semestre del año, vinieron a España 241.000 rusos.

El dato de junio es especialmente negativo, ya que arroja un descenso del 29,2% en el número de rusos que visitaron España. Según los datos del Ministerio de Industria, el mes pasado sólo vinieron a España 80.128 personas de nacionalidad rusa.
Habrá que esperar para ver cómo está afectando la crisis España-Rusia a otros mercados importantes, como el inmobiliario. Aún no existen datos para comprobar si se mantienen las compras de viviendas en la costa por parte de ciudadanos rusos o si éstas han bajado.