Economía

Ningún país de la UE saca la chequera para el rescate de 50.000 millones a Grecia

  • La alternativa más pujante sería un préstamo del MEEF

Con la cauta celebración todavía en el aire por el acuerdo entre Grecia y sus socios europeos, para evitar su salida del euro, surgen serias dificultades para mantenerlo encarrilado. Los líderes de la eurozona abrieron la posibilidad de negociar con Atenas un tercer rescate para cubrir sus necesidades financieras hasta 2018, que podrían sumar hasta 86.000 millones de euros.

La cifra se recortará por los 16.000 millones que todavía quedan del préstamo del FMI a Grecia (una vez pague sus deudas con el fondo), los ingresos por las privatizaciones que realice el país (que persigue un objetivo demasiado optimista de 50.000 millones), o metas fiscales más duras. No obstante, también podría elevar el tamaño del agujero dado el severo daño que causa cada día el corralito a la economía del país, y que se podría extender aún hasta finales de septiembre.

Fuentes europeas señalaron a elEconomista que la cifra final del rescate rondará los 50.000 millones. Sin embargo, el riesgo de una ruptura de la moneda común en los próximos días es más que real, porque los acreedores europeos tienen serias dificultades para encontrar un modo de cubrir los vencimientos inmediatos de la economía helena, unos 7.000 millones para el próximo lunes.

Desembolso al BCE

El pago principal son los 3.500 millones al BCE. Si el dinero no llega a las arcas de Fráncfort, el Eurobanco se vería forzado a cortar definitivamente la liquidez de emergencia al sistema financiero heleno, lo que obligaría al Banco Central de Grecia a imprimir una nueva moneda, precipitando su salida del euro. Y antes de este pago, Grecia tiene que devolver al FMI los algo más de 2.000 millones que le debe, por tener estatus preferencial. Atenas se ha saltado ya dos pagos al fondo, 1.600 millones el 30 de junio (el primer impago de un país desarrollado en la historia del FMI) y algo más de 450 millones este lunes.

Las instituciones europeas y los estados miembros reconocen que las dificultades técnicas, políticas y financieras, además de la falta de tiempo, dejan casi en manos de un milagro de último minuto que alguna de las opciones sobre la mesa salga adelante. "Mi yo optimista me dice que nunca subestimes la capacidad de los abogados comunitarios y economistas para proponer una solución", ilustró el martes el ministro de Finanzas finés, Alex Stubb.

Préstamos del MEEF

Entre la media docena de alternativas que se barajan, la que tiene más posibilidades de despegar es recurrir a préstamos del Mecanismo Europeo para la Estabilidad Financiera. Este fondo cuenta con una arquitectura legal diferente del Mecanismo Europeo de Estabilidad, el fondo de rescate de la eurozona creado durante los peores momentos de la crisis. Sin embargo, el primero, que aun cuenta con unos 13.200 millones en sus arcas, es un instrumento comunitario que requiere el visto bueno también de los países europeos fuera de la moneda común. Una idea rechazada enérgicamente por Reino Unido, Suecia, Dinamarca, República Checa o Polonia.

Otra de las soluciones consideradas es la utilización de los beneficios generados por la compra de bonos griegos por parte del BCE, que suman unos 3.600 millones de euros en 2014 y 2015.

También se baraja la idea de los préstamos bilaterales a Grecia que podrían estar respaldados por activos helenos, o incluso estos beneficios de los bonos.

En busca de un consenso

El ministro de Economía y Competitividad español, Luis de Guindos, avisó el martes de que también estas dos opciones plantean dificultades, sobre todo los préstamos bilaterales, porque "no veo un ambiente demasiado favorable" para sacar la chequera con Grecia sin condiciones de antemano.

Guindos reconoció que "no es sencillo" dar con la manera para evitar el impago la próxima semana, y por lo tanto, un Grexit, pero subrayó que "sin duda" se encontrará un arreglo porque "no tendría sentido" que colapsara todo el plan tras haber sacado con fórceps el acuerdo este lunes, tras más de 17 horas de negociaciones continuas entre los líderes de la eurozona.

Sin embargo, una fuente diplomática del grupo de los duros de la eurozona se resiste a contribuir con más fondos para Grecia, dado que ya considera "extremadamente generoso" el nuevo rescate que se está discutiendo para el país, al que describe como "un Estado fallido".

Otra de las opciones, que respalda Alemania, sería que el Gobierno griego utilizará pagarés (los conocidos como IOUs). Pero esta idea dejaría a su economía a un paso del Grexit. Además, fuentes comunitarias recuerdan que podría ser una posibilidad para cubrir deudas domésticas, pero no para pagar a los acreedores internacionales.

El FMI podría dar la espalda

Si durante el pasado fin de semana, las tensiones entre las distintas partes implicadas en el próximo rescate griego han sido evidentes, el Fondo Monetario Internacional parece haber lanzado una guerra implícita contra Wolfgang Schauble, el ministro de finanzas germano. Si Alemania intenta imponer su puño de acero y evitar cualquier quita o reestructuración, la institución de Christine Lagarde ha echado un jarro de agua fría al advertir que el ratio de deuda con respecto al PIB de Grecia podría dispararse hasta el 200%.

Sin quita apropiada a la vista y con la más que evidente falta de sostenibilidad de la deuda helena, el Fondo tendría excusa más que suficiente para dar la espalda a los gobiernos de la eurozona.

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