
José María O'Kean, catedrático de Economía Aplicada y alma máter de la Universidad de Sevilla, explica que China y su economía llevan cambiando varios años, ahora el gigante asiático se enfrenta a uno de los baches que pueden aparecer en un modelo económico de ese tipo.
O'Kean explica en su blog personal que "'La Bolsa china se desploma', 'el Gobierno chino persigue a los especuladores'... son titulares de prensa. China se enfrenta al fin a las consecuencias de su nuevo modelo económico y del nuevo escenario: el capitalismo de Estado en la economía global postcrisis".
China se había caracterizado por ser un país exportador, que le permitía tener el mayor superávit por cuenta corriente del mundo. Este escenario ha ido cambiando poco a poco, después de la crisis y varios ajustes la economía china se ha empezado a apoyar más en la demanda interna, mientras que las exportaciones han ido perdiendo peso en el PIB. Este fortalecimiento de la demanda interna ha ayudado que los precios de los activos internos suban.
Este cambio en la estructura de la economía china "fue alimentando la subida de los precios de bienes y activos chinos y la burbuja financiera empezó a inflarse. Ahora los tenedores de estos activos han pensado que el valor de los mismos no está justificado y empiezan a vender".
O'Kean asegura que "lo que no hemos aprendido, ni los chinos ni nosotros, es que tan negativo para la economía es la inflación de los precios de los bienes, como una burbuja en la Bolsa o en el precio de las viviendas. Si suben los precios de los bienes nos parece mal y si sube constantemente la Bolsa nos parece perfecto".
"En esto, como en todo, hay que ir al fondo de las cosas. Si las acciones de una empresa suben porque los ahorradores creen que la empresa va a ganar más y a repartir más dividendos, no hay nada que objetar. Pero cuando el valor de las acciones sube porque, independientemente de cómo funcione la empresa, pensamos que las acciones van a subir y se podrán vender más caras, entonces entramos en la especulación", culmina el economista española.
Ahora el Gobierno chino asegura que va a tomar medidas contra los especuladores para que esta situación no se vuelva a repetir. Sin embargo, O'Kean ve muy complicado que las autoridades chinas puedan diferenciar qué inversores estaban invirtiendo porque pensaban que esas empresas iban a crecer o cuáles lo hacían para ganar dinero en un corto espacio de tiempo especulando con el precio de los valores.