
El referéndum griego concluyó con un contundente 'no' a la Troika y con más diferencia de lo previsto. Con casi la totalidad de los votos escrutado, la opción mantenida por el Gobierno de Alexis Tsipras ganó rotundamente la consulta, con 61,2 por ciento de los votos, mientras que el 'sí' pedido por la oposición y el resto de los gobiernos de la UE, sumó un 38,7 por ciento. Siga minuto a minuto las reacciones a los resultados al referéndum de Grecia | Cumbre extraordinaria del Eurogrupo el martes
La participación del electorado superó el 60 por ciento, según los datos oficiales del Ministerio de Interior griego, con lo que el resultado del referéndum es válido, legítimo y vinculante. También destaca el hecho de que el 'no' ganó en absolutamente todas las regiones de Grecia, tanto en las grandes ciudades como en las regiones más rurales.
Se trata por tanto de una victoria clara y contundente del primer ministro griego, Alexis Tsipras, que convocó el referéndum después de la ruptura de las negociaciones con los acreedores y la expiración del último programa de ayudas a Grecia. Y aunque la pregunta del referéndum, por lo menos la que estaba sobre la papeleta, era más bien técnica, en realidad la cuestión era si los griegos aprobaban o rechazaban las gestiones del Gobierno de Tsipras durante los últimos cinco meses en las negociaciones con los acreedores europeos y el FMI. Al mismo tiempo, si estaba de acuerdo con la continuación de la austeridad según implicaba la última propuesta de la Troika, independientemente de si dicha proposición seguía o no sobre la mesa.
Tsipras había pedido un resultado fuerte y contundente con el objetivo de fortalecer la posición de Grecia en la negociación, y parece que el pueblo de su país le facilita lo que pidió. Si este hecho, sin embargo, puede ser un argumento de verdad y una herramienta útil y efectiva es otro tema, dada la insistencia y la rigidez mostradas por los acreedores durante los últimos meses. Tras conocer los resultados, el primer ministro griego reivindicó la victoria del 'no' como un triunfo de la democracia contra el "chantaje", mientras aseguró que entiende el resultado como un mandato para negociar con los acreedores.
"No hay soluciones fáciles, pero hay soluciones justas mientras haya buena voluntad por ambas partes", declaró Tsipras en una intervención televisada. Además de su intención de negociar, Tsipras concretó en su discurso las dos principales cuestiones que plantearán a los acreedores: quita de la deuda y solvencia de la banca. "La prioridad inmediata es restaurar la banca. Estamos dispuestos a reanudar las negociaciones con un plan que prevea una financiación creíble", señaló el mandatario griego, según recoge Europa Press.
Además, hizo un llamamiento a la unidad nacional y convocó a los principales partidos políticos del país para este mismo lunes bajo los auspicios de la Presidencia griega. "En el referéndum de hoy no hay ganadores ni perdedores. Es una gran victoria por sí mismo", aseguró posteriormente Tsipras a través de su cuenta en Twitter.
De todos modos, el presidente griego prepara ya las maletas para Bruselas, como aseguran varias fuentes gubernamentales, para reunirse aunque sea de manera extra oficial con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. Lo que está claro es que la negociación oficial, comience cuando comience, va a ser probablemente una de las batallas más duras en la historia económica contemporánea en Europa y seguramente la más crítica para el país heleno, que se enfrenta a grandísimas necesidades y además muy urgentes. En pleno corralito, la mayor de estas necesidades es el funcionamiento de los bancos que siguen cerrados por una semana y la liquidez de ellos que según labios oficiales de Grecia se acabará dentro de las próximas horas.
De hecho, unas pocas horas después del cierre de las urnas, se celebró una reunión en el Ministerio de Finanzas griego con la participación de la cúpula del Banco de Grecia y de otros banqueros, para revaluar la situación del sistema bancario, especialmente después de la salida de depósitos durante el fin de semana. Según varias fuentes, se esperaba que durante la noche el Banco de Grecia presentaría al Banco Central Europeo una nueva solicitud para un aumento del ELA, el fondo europeo de liquidez de emergencia. Hay que recordar que hoy lunes se reúne el Consejo del BCE, que también tendrá en sus manos los resultados del referéndum griego. No obstante, los mensajes que venían desde Berlín hasta ayer por la noche no eran muy prometedores, indicando que Alemania podría solicitar al BCE que suspenda la financiación mediante este fondo.
A la espera de las decisiones de Frankfort, hoy se decidirá en Atenas si cambia algo en el límite de retirada de efectivo de los cajeros automáticos y también en el modo con el que se pagan las pensiones. La presidenta de la Asociación de Bancos griegos, Luca Katseli, ha admitido varias veces durante los últimos días que el actual efectivo disponible en los bancos griegos es suficiente sólo hasta la tarde de hoy lunes. Prácticamente, esto significa que desde mañana martes, el sistema bancario griego no será capaz de operar, incluso en el caso optimista en que el Banco Central Europeo mantenga la línea de financiación. En realidad se necesita un significativo aumento de financiación para que el sistema bancario en Grecia pueda responder a las necesidades diarias, a pesar de la imposición de control de capitales que. se da por descontado, seguirá vigente por un tiempo.
Una declaración al respecto de Nadia Valavani, secretaria de Estado de Finanzas, un par de horas después del cierre de las urnas, vino a calentar aún más los ánimos. Valavani aseguró que a partir de martes, cuando se espera que vuelvan a abrir los bancos, los depositantes que dispongan de cajas privadas podrán tener acceso a ellas, bajo custodia de empleados de cada banco, y retirar lo que deseen de las cajas, excepto el dinero. Al conocer esta declaración, sin embargo, Luca Katseli se apresuró a contestar que de momento no hay un decreto bancario que permita esta función.
Aunque Tsipras se va a Bruselas con el veredicto del pueblo griego a su favor, no es seguro que el BCE ceda a la petición del Gobierno griego para aumentar o por lo menos mantener abierta la línea de financiación para los bancos griegos. Una decisión negativa del Banco Central Europeo aumentará la presión sobre los bancos en Grecia, que continúan cerrados una semana después de la imposición de restricciones de capitales.
Situación de los depósitos
En este momento, los depósitos existentes en los bancos griegos alcanzan los 125.000 millones de euros. Al mismo tiempo, el dinero que hay en el Fondo de Garantía de Depósitos y de Inversiones griego, que garantiza los depósitos en los bancos del país, no supera los 3.000 millones de euros, una cantidad que ni de lejos puede jugar el papel que supuestamente tendría que desempeñar. Este problema es una de las principales preocupaciones del Gobierno griego, y aún más después de la reciente publicación del periódico Financial Times que habló de una quita de depósitos desde los 8.000 euros. Aunque Luca Katseli, la presidenta de la Asociación de Bancos griegos y directora del Banco de Grecia, ha desmentido categóricamente esta opción, algunos analistas parecen no estar de acuerdo con ella. Estos expertos aseguran que los escenarios de una quita de depósitos, e incluso de los teóricamente garantizados de 100.000 euros, son muy reales.
De momento, los depósitos en los bancos griegos sí están garantizados hasta los 100.000 euros, de acuerdo con las directivas bancarias de la Unión Europea. Lo que sucede es que Grecia aún no ha incorporado en su legislación nacional estas directivas, y estaba previsto hacerlo dentro del 2016. En un caso como éste, aseguran los analistas, es muy difícil predecir el futuro de los depósitos griegos y la cantidad depositada en los bancos que se dejará intacta.