Economía

Los 2,6 millones de pensionistas griegos sólo podrán sacar 240 euros del banco

  • Varias empresas suspenden 'sine die' el pago de nóminas
  • El turismo y el comercio comienzan a resentirse
Los cajeros fueron reprogramados el lunes para evitar el pánico bancario. REUTERS

Desde hace unas horas la economía griega vive una situación sin precedentes. La imposición del corralito y el cierre de las entidades financieras causan gran incertidumbre a millones de ciudadanos así como la congelación de la actividad económica para los próximos días, con consecuencias desconocidas. En este instante, aún no se puede valorar el daño que se puede causar al turismo, las ventas al por menor y también los ingresos del Estado, y tampoco se puede medir el impacto en términos de inversión y de confianza de los inversores.

Los cajeros automáticos en Grecia sufrieron un mantenimiento de unas horas, el lunes por la mañana, para reajustarlos a medida de la restricción diaria de 60 euros en las retiradas, y a partir del momento en que reanudaron su actividad se volvieron a crear colas de muchos metros. Ésta es la semana del pago de sueldos y pensiones, lo que complica aún más la situación. Ya se conocen casos de empresas de diversos sectores que han comunicado a sus plantillas que el pago del mes se suspende hasta nuevo aviso.

En cuanto al pago de las pensiones, un asunto que afecta a 2.654.198 griegos, el 23% de la población, se emitió el lunes una decisión ministerial según la cual hubo un acuerdo con las cuatro principales entidades bancarias en Grecia que abrirán en total 850 sucursales el miércoles y el jueves, justamente para el pago de las pensiones. Eso sí, ese abono también se somete en restricciones, dado que cada pensionista podrá recoger del banco sólo 240 euros de su pensión.

Al día siguiente, se podrán disponer otros 60 euros en los cajeros automáticos, de acuerdo con la restricción general. Cabe subrayar que el fondo de pensiones IKA (el mayor fondo griego) esperarba recaudar unos 600 millones en estos días por contribuciones, algo que con los bancos cerrados no va a ocurrir.

Los bancos hacen un gran esfuerzo para asegurar la operación de los cajeros automáticos sin problemas, pero varios analistas en Grecia valoran que si las sucursales bancarias hubieran abierto el lunes, sus reservas disponibles se hubieran agotado en pocas horas. Al mismo tiempo señalan que si Atenas no llega a un acuerdo con los acreedores, antes o después del referéndum del 5 de julio, no está asegurado que los bancos vuelvan a abrir el 7 de julio tal como está previsto. También se mantienen cerrados los tribunales hasta el 8 de julio, y hasta entonces también se suspenden las subastas y los desalojos.

División sobre el referéndum

De cara al referéndum del próximo domingo, que consulta si la población está a favor o no de aplicar los nuevos ajustes y reformas diseñados por los acreedores, el Gobierno de Alexis Tsipras sigue contando con un respaldo popular amplio, aunque anticipar el resultado de la votación es algo muy difícil. La defensa del sí por parte de los acreedores europeos se ha interpretado en Grecia por algunos como una intevención directa en los asuntos interiores de un país soberano. Lo mismo ocurre con la equiparación la pregunta del referéndum (sí o no a la última propuesta de los acreedores) con una votación de sí o no al euro, un comportamiento que adoptan también los partidos de la oposición parlamentaria griega.

La plaza de Syntagma, delante del Parlamento griego en Atenas, se convierte una vez más en el escenario de manifestaciones tanto de partidarios del sí como del no. A medida de que se acerque el domingo, los ánimos zozobrarán aún más, pero hasta hoy la situación en un día laboral en Grecia se describe más bien con términos de perplejidad y de espera para ver cómo se evoluciona la situación, y no de pánico. Es cierto que en algunos cajeros automáticos se han notado problemas de liquidez, y también se confirman casos (aislados del momento) de agotamiento de reservas de combustible, aunque la Empresa Estatal de Petroleo asegura que las reservas bastan por varios meses.

Por último, resulta tragicómico el hecho de que después de cinco años de rescates y de enormes paquetes de ayuda hacia Grecia, el país llegó a un punto donde fue inevitable un control de capitales para que no colapsase el sistema bancario. Dos memorándum y decenas de medidas no consiguieron garantizar la solvencia de la banca griega y evitar un corralito. Cabe añadir que el control de capitales en Chipre, el único ejemplo dentro de la eurozona y un caso muy emocional para los griegos, se levantó dos años después de su imposición. Es muy difícil que Grecia pueda aguantar tanto.

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