Economía

La UE y el FMI presionan contrarreloj a Tsipras para salvar el acuerdo

  • Los acreedores piden cambios de calado en la propuesta griega
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, junto al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. REUTERS

Los gerifaltes de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional se reunieron este miércoles de urgencia con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, para intentar salvar contrarreloj el principio de acuerdo que se empezó a tejer tras la cumbre de la eurozona el pasado lunes. El encuentro, más largo de lo esperado, se produjo horas antes de un Eurogrupo llamado para cerrar un compromiso para desbloquear los fondos del rescate que, sin embargo, se antoja muy difícil debido a las distancias que permanecen entre ambos lados.

La sima era tan significativa que los ministros de Finanzas del euro apenas estuvieron reunidos más de una hora y media, y aplazaron la reunión hasta este jueves a la una, para dar tiempo a que las conversaciones al más alto nivel continúen.

"Estaría positivamente sorprendido si hubiera acuerdo este jueves", ya avisó el ministro de Finanzas finlandés, Alex Stubb, al llegar al encuentro con sus colegas. El eslovaco, Peter Kazimir, fue más allá aun al señalar que estaba "muy curioso de saber cómo parecerá la eurozona después de la reunión" del Eurogrupo.

Línea dura del Fondo

El optimismo que asomó a principios de semana, apuntalado sobre todo por el voluntarismo de la Comisión Europea, pronto se derrumbó al plantar el FMI una enmienda a la totalidad desde el minuto uno a la última propuesta de Tsipras, y casi definitiva, dada la oposición que encara entre sus propias filas de Syriza. La directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, avisó que el documento heleno se quedaba "corto de todo lo que deberíamos esperar". Una consigna que empapó las discusiones técnicas preparatorias en vísperas del Eurogrupo.

A pesar de esta brecha, la Comisión mantuvo este miércoles su tono positivo. "Estamos haciendo progresos" aunque "hay temas por resolver", dijo su vicepresidente para el euro, Valdis Dombrovskis.

La canciller alemana, Angela Merkel, apoyada por el presidente de la Comisión Europea, el luxemburgüés Jean-Claude Juncker, ha marcado durante las últimas semanas el sentido de la negociación. Desde el encuentro en Berlín a principios de junio el mensaje político está claro: debe haber un acuerdo con Grecia. Pero el Eurogrupo y las instituciones no encuentran el camino para llegar a ese destino sin cerrar un consenso que, por un lado, fuerze a Tsipras a recurrir a la oposición para aprobar el acuerdo o, por el otro, sin que el FMI se descuelgue del acuerdo.

El ministro de Economía español, Luis de Guindos, dijo que "hay voluntad política de acuerdo" pero existen "consideraciones técnicas importantes". "Hemos visto que hay alguna divergencia, que no es insalvable, pero que hay que solventar", dijo el ministro, que aun así esperaba eventualmente un acuerdo.

"Documento ensangrentado"

Las correcciones que han marcado los acreedores a la propuesta griega son tan numerosas que altas fuentes del Eurogrupo se referían al texto como el "documento ensangrentado". Las instituciones prácticamente han reescrito los capítulos cruciales necesarios: la reforma del IVA y el capítulo de las pensiones.

En general, los europeos y el FMI pretenden cambiar la estrategia griega para cumplir con los objetivos fiscales marcados (un superávit primario de 1% este año y el 2% el ejercicio próximo) y que Atenas acepta.

Tsipras confía casi la totalidad del esfuerzo a un aumento de los impuestos y las contribuciones sociales, y tan sólo mínimos recortes (como 200 millones en Defensa). Sin embargo, las instituciones, arrastradas sobre todo por el FMI, piden sacar la tijera y no recargar la economía helena con más cargas impositivas para no ahogar la actividad económica.

Retraso de la jubilación

Aunque en un primer momento la Comisión dio el visto bueno a la propuesta helena en pensiones, las correcciones ahora piden adelantar a 2022 el retraso de la edad de jubilación hasta los 67. Además piden eliminar antes de finales de 2017 los complementos a las pensiones más bajas, una de las líneas rojas de Tsipras. Y trazan una gruesa línea roja al aumento del 3,9% de las contribuciones de las empresas al principal fondo social.

Respecto al IVA, las instituciones insisten en subir esta figura para los restaurantes y hoteles desde el 13% hasta el 23% (tal y como insistía la Comisión), una medida que puede tener un enorme impacto en el turismo griego en vísperas de arrancar la temporada. No obstante, respetan la propuesta griega de mantener los fármacos en la categoría más baja (6%).

Las instituciones también se cargan la tasa única del 12% a los beneficios empresariales por encima de 500.000 euros para cumplir con sus meta fiscal este año. Se trata de una eliminación con un impacto considerable en el conjunto de la propuesta, ya que elimina de una tajada 1.300 millones de los casi 8000 millones de euros del esfuerzo fiscal heleno. La contrapropuesta también rebaja un punto porcentual hasta el 28% la subida del impuesto de sociedades, y pide doblar hasta los 400 millones de euros los recortes en defensa.

El plazo de Atenas expira el día 30

En menos de una semana se acaba el tiempo. El próximo 30 de junio es la fecha límite para un acuerdo sobre la deuda entre Grecia y sus acreedores, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En concreto, ese día Atenas debe pagar más de 1.6¡500 millones al FMI para poder recibir el tramo final del rescate, 7.200 millones de euros. La directora del Fondo, Christine Lagarde, advirtió que no habrá "periodo de gracia" y que la reforma del sistema griego de pensiones es una condición indispensable para cerrar un acuerdo.

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