Economía

Lagarde y el FMI no darán el visto bueno a las nuevas propuestas de Grecia

La última propuesta del gobierno heleno para intentar conseguir una acuerdo con sus homólogos europeos ha impulsado a los mercados desde el pasado lunes. Sin embargo, el plan no sólo debe terminar de especificar ciertos detalles sino también conseguir el visto bueno del parlamento heleno. Al mismo tiempo, Alexis Tsipras tiene previsto reunirse hoy en Bruselas con el BCE, la Comisión Europea y el FMI.

Y, tras los últimos y esperanzadores avances en las negociaciones, es precisamente el último de estos tres el que podría dar la espalda a Atenas. Según apunta el diario estadounidense The Wall Street Journal, el FMI considera que la economía griega cuenta con una carga impositiva demasiado elevada, por lo que seguir subiendo los impuestos podría dañar aún más el crecimiento económico y hacer más difícil que Grecia pueda pagar y reducir su deuda en el futuro. El propio economista jefe de la institución, Olivier Blanchard, demandaba recientemente en un blog publicado en la web de la institución que lo que Grecia necesita es recortar el gasto, no subir los impuestos.

Sin embargo, las más recientes propuestas de Tsipras contienen medidas por valor de 7.900 millones de euros, de los cuales 7.300 millones de euros provienen precisamente de subidas de impuestos y contribuciones a la seguridad social. Es por esto que, con el 92% de sus ajustes basadas en una mayor carga impositiva, el FMI considera que las medidas que ha presentado el Ejecutivo heleno no serán sostenibles. Según adelantaba Marketnews citando fuentes europeas, el FMI ya ha mostrado su desacuerdo con lo referente al IVA, los impuestos a las empresas y las pensiones.

Con la pelota en la cancha europea, la hoja de ruta utópica para los mercados implicaría la aprobación de un acuerdo técnico durante la jornada de hoy, seguido del respaldo político el jueves para dar así tiempo suficiente a los distintos parlamentos para dar luz verde al programa de medidas durante el fin de semana. Esto permitiría al gobierno heleno obtener los fondos y poder costear la cantidad adeudada el próximo 30 de junio al FMI.

Sin embargo, dadas las protestas en Grecia, Gilles Moec, economista jefe para Europa de Bank of America Merrill Lynch indicó que Tsipras necesita un incentivo para poder vender las negociaciones al parlamento heleno y los propios ciudadanos. "Algún tipo de rebaja en la deuda podría ayudar al gobierno a conseguir apoyo político y justificar que se ha conseguido algo a cambio tras cinco meses de duras negociaciones", indicó en un informe distribuido ayer.

Aunque el Eurogrupo podría considerar esta serie de iniciativas determinó que este no es el momento adecuado para tratar la sostenibilidad de la deuda griega. Grecia debe implementar antes los nuevos compromisos acordados, algo que hará difícil que Tispras pueda justificar el acuerdo ante los ciudadanos griegos.

Para Jacob Kirkegaard, experto del Peterson Institute for International Economics, un think tank con sede en Washington, determina que el ejecutivo heleno se encuentra en una encrucijada ya que su supuesto gobierno anti-austeridad "ha optado por adoptar mayores ajustes principalmente a través de más subidas de impuestos". Por su parte, Diego Iscaro, economista de IHS Global Insight, determina que "dar marcha atrás en las promesas preelectorales causarán divisiones importantes dentro de Syriza, con una rebelión o posibles deserciones también en Anel, el partido independentista".

Aún así, este contexto no debería poner en peligro la aprobación en el parlamento heleno del acuerdo que Grecia alcance con sus acreedores. El núcleo duro de Syriza podría contar con el apoyo de la oposición centrista de To Potami, que se ha comprometido a respaldar cualquier acuerdo que ayude a Grecia a permanecer en la zona euro. Además también podría contar con el favor de PASOK) y Nueva Democracia, que gobernó el país cuando Grecia firmó los acuerdos de rescate.

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