Economía

Los acreedores de Atenas barajan extender el rescate hasta marzo

  • Merkel se reúne mañana con Tsipras para acercar posturas
Yanis Varoufakis, ministro de Finanzas griego, acompañado ayer en Berlín del presidente de la federación sindical DGB, Reinar Hoffmann. Imagen de Reuters

El calendario apremia tanto para Grecia como para sus acreedores. El programa actual finaliza el 30 de junio, y en esa fecha Atenas debe haber abonado al FMI las cuatro cuotas que le vencen en junio en un solo plazo. Mientras -paso adelante, paso atrás- sigue sin forjarse un acuerdo que disuelva las líneas rojas que el Gobierno heleno mantiene para legitimarse ante su electorado y el ala radical de Syriza, así como las condiciones que en materia de reformas le exigen los acreedores a Atenas.

La urgencia de una solución destapa alternativas que eviten un accidente que precipite la quiebra y salida griega del euro. En este contexto, los acreedores internacionales estarían barajando extender el programa de rescate hasta marzo de 2016, según The Wall Street Journal a partir de tres fuentes una de las cuales manifiesta que "eso significaría que Grecia estaría financiada hasta marzo".

Según fuentes comunitarias, esta opción, que aún no está decidida, implicaría la contrapartida de que Atenas acepte revisar ciertas medidas y adoptar directrices en materia de pensiones e impuestos. No obstante, fuentes europeas recalcan a elEconomista que ahora mismo el foco está en la propuesta griega cuya presentación aguardan las instituciones.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha lanzado un ultimátum al primer ministro heleno, Alexis Tsipras, al anunciar que no se sentará a negociar hasta que Atenas presente una contraoferta sobre el plan de reformas que diseñó la troika la semana pasada. Una propuesta que, por cierto, Tsipras tacha de "absurda". Aun así, según la prensa griega, el Gobierno de Syriza estaría preparando un nuevo borrador con algunas de las recomendaciones de los acreedores.Entre las modificaciones iría una drástica reducción de las exenciones fiscales, con la meta de elevar la recaudación así como un ajuste de los objetivos presupuestarios.

Tono más conciliador

En este contexto, el ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, adoptaba ayer un tono más conciliador de lo habitual después de las conversaciones confidenciales que mantuvo ayer en Berlín con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble. "Se necesita una solución desarrollada conjuntamente y acordada entre todos" dijo a la salida del encuentro, que calificó de "muy útil" aunque aclaró que no se trató de una negociación, sino del establecimiento "de una base común".

La moderación del ministro heleno obedece a que, si nadie cede, Grecia entrará en bancarrota en tres semanas y a que sigue sin cerrarse un acuerdo para que Atenas reciba el último tramo de la ayuda financiera, 7.200 millones de euros. Fuentes del Ministerio alemán también aseguraron que la charla había sido "abierta y constructiva".

Ambos ministros han sido los dos grandes oponentes en las interminables negociaciones de Grecia con sus acreedores internacionales sobre préstamos a cambio de reformas económicas. Hasta ahora, Varoufakis ha buscado un arreglo lo menos duro posible para Atenas. Schäuble presiona para que se imponga a Grecia una austeridad sin concesiones, y lo hace con tal empeño que incluso ha llegado a enfrentarse a la canciller Angela Merkel, partidaria de flexibilizar un poco los plazos, según fuentes de la CDU, el partido al que ambos pertenecen.

EEUU pide flexibilidad

Varoufakis y Schäuble se reunieron poco antes de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, instara a los líderes griegos a tomar "decisiones difíciles" para arreglar sus problemas fiscales y pidiera un compromiso a los acreedores: "Si ambas partes muestran la flexibilidad suficiente, creo que podemos conseguir resolver el problema".

Obama aprovechó su presencia en la cumbre del G7 celebrado en Múnich para aumentar la presión sobre Merkel para que ponga fin cuanto antes a la crisis griega. Desde EEUU se observa con preocupación un cada vez más posible Grexit. La canciller ha reconocido que a Grecia no le queda mucho más tiempo para buscar una salida. Mañana se reunirá con Tsipras en Brusela, y con el presidente de Francia, François Hollande.

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