
Según explica Matt McDonald, consejero en la Casa Blanca del ex presidente George Bush y principal gestor de las campañas del senador republicano, John McCain o el ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, las campañas presidenciales en Estados Unidos se perfilan como las startups más veloces del mundo. En un post publicado en Quora, McDonald explica como entre el anuncio de una candidatura presidencial y el día de las elecciones, los aspirantes a la Casa Blanca habrán recaudado y gastado más de 1.000 millones de dólares cada uno.
Durante los aproximadamente 18 meses que suelen transcurrir entre la presentación de una nominación y el momento clave, el postulante en cuestión, si supera las primarias de su propio partido, habrá creado una organización con cientos de empleados y miles de voluntarios. En este sentido, este experto señala que incluso las startups más veloces en términos de crecimiento en Silicon Valley, no experimentan un avance tan rápido y complejo como el de las campañas a la Casa Blanca.
Según un estudio elaborado por la consultora Hamilton Place Strategies, con sede en Washington, las campañas presidenciales modernas recaudan y gastan dinero más rápido que cualquier puesta en marcha dentro del mundo de los negocios, incluso más rápido que las aplicaciones de mayor éxito en Silicon Valley.
Snapchat, una de las compañías que más crece en estos momentos y cuya valuación alcanzó los 2.000 millones de dólares dos años después de ser fundada, es capaz de captar alrededor de 1.000 millones de dólares en financiación en sólo tres años. En comparación, las campañas presidenciales suelen lograr dicha suma en la mitad de tiempo. En las elecciones presidenciales de 2012, el actual presidente, Barack Obama, y su contrincante republicano, Mitt Romney, captaron más de 2.000 millones de dólares en financiación, en lo que se convirtió en la contienda electoral más cara de la historia. En general, los expertos señalaron que las elecciones federales ascendieron hasta los 6.000 millones de dólares.
Por otro lado, indica McDonald, "el reto de gestión importante". Aún así reconoce que hay lecciones que aprender de la experiencia los emprendedores de Silicon Valley, donde se lidia realmente con un crecimiento exponencial. Una campaña presidencial requiere comparativamente un mayor número de personal con capacidad de organizarse a nivel local, colaborar con los medios de comunicación nacionales y locales, crear anuncios, producir eventos y muchas más actuvidades. "Una startup de tecnología puede aprovechar un pequeño número de empleados para marcar una gran huella digital o generar una amplia base de usuarios", apunta este experto.