
Los factores meteorológicos se han convertido en la excusa perfecta para justificar la debilidad en los datos macro que siguen llegando de Estados Unidos. La mayor economía del mundo no termina de levantar cabeza, como indicaban las ventas minoristas correspondientes al mes de abril, que se mantuvieron sin cambios respecto al mes anterior.
Con un incremento interanual de sólo el 0,9 por ciento, las ventas minoristas en el país crecen a su menor ritmo desde 2009, cuando la recesión fruto de la crisis financiera azuzaba a buena parte del mundo. Aunque el decepcionante dato apuntaba a la falta de apetito de automóviles, si dejamos de lado las ventas coches y el gasto en gasolina, las ventas minoristas crecieron sólo un 0,1 por ciento el pasado mes con respecto a la lectura de marzo. Datos que siguen apuntando a que la debilidad estadounidense podría ir más allá de frío invierno, la sequía en California o la huelga a finales del año en el puerto de Long Beach en Los Ángeles.
"Las ventas minoristas han salido muy por debajo de nuestras estimaciones hasta un punto considerable en el que hay que tener precaución", avisaba Chris G. Christopher, director de Economía de Consumo para la consultora IHS Global Insight. De hecho, este experto redujo sus perspectivas del gasto del consumidor para el segundo trimestre en cuatro décimas, hasta el 2,6 por ciento.
De hecho, el GDPNow, cifra que sigue la evolución del PIB estadounidense y que elabora la Reserva Federal de Atlanta, acaba de ser rebajado una décima en su lectura para el segundo trimestre, cuando la economía crece a un ritmo del 0,7 por ciento. Recordemos que en su lectura oficial, EEUU avanzó sólo un 0,2 por ciento en los tres primeros meses del año, sólo una décima por encima de la cifra pronosticada por el banco central de la región de Atlanta.
Sin embargo, el decepcionante dato relacionado con el déficit comercial probablemente hundirá la lectura del primer trimestre hasta terreno negativo. Según los cálculos elaborados por Jay Hatzius, economísta jefe para EEUU de Goldman Sachs, la segunda revisión del PIB correspondiente al primer trimestre probablemente refleje una contracción del 0,8 por ciento. Con los tres primeros meses del año en números rojos y los vientos para el segundo trimestre soplando en contra, algunos expertos consideran que la mayor economía del mundo podría llegar a enfrentar una recesión técnica, que supone dos trimestres consecutivos de contracción económica.
A día de hoy, las probabilidades de que esto ocurra no son elevadas pero es cierto que EEUU está experimentando en la primera mitad del año un comportamiento errático que podría pasar factura tanto a su economía como a la Reserva Federal, que podría comenzar a subir los tipos de interés a partir de junio, aunque el consenso apunta al mes de septiembre como punto de partida para el encarecimiento del dinero. Aún así distintos indicadores muestran como las lecturas de muchas referencias macroeconómicas emulan comportamiento sólo vistos durante periodos de contracción económica, como las recientes cifras publicadas por Challenger Gray & Christmas sobre previsiones de despidos o la caída interanual en las ventas mayoristas.